Ventana Europea nº 119

VENTANA EUROPEA 15 Diciembre 2019 BARRIO EUROPA E l pasado 27 de noviembre, la nueva presidenta de la Comisión, Úrsula Van der Leyen, se dirigía al Par- lamento Europeo en su sede de Estrasburgo para presentar a su equipo y explicar las líneas maestras de su programa una vez superado el trámite de las audien- cias ( hearings ) a los candidatos propuestos por los esta- dos para formar parte del Colegio de Comisarios. Von der Leyen, de 61 años, alemana, nacida en Bru- selas, miembro del partido conservador (CDU), ex mi- nistra de Trabajo y Asuntos Sociales y posteriormente de Defensa, presidirá un colegio con una práctica pari- dad de género entre sus comisarios (hay un varón más). Paridad que sin embargo será total –según sus propias palabras– en la estructura de los gabinetes de los co- misarios, lo cual, en sus propias palabras, cambiará la cara de la Unión. En cuanto a su “procedencia” ideológica, de los 27 miembros (Reino Unido no ha presentado ninguno) 10 provienen del Partido Popular Europeo, 9 de los social- demócratas, 6 de los liberales, 1 del partido verde y 1 de los conservadores reformistas europeos. Los dos grandes partidos tradicionales copan la mayor parte de los puestos. Repiten cargo en esta legislatura los comi- sarios Timmermans (Holanda) y Vestager (Dinamarca) llamados a ser los grandes puntales de esta nueva co- misión al serles encomendado desarrollar el “acuerdo verde” y la “transformación digital” respectivamente. En el nuevo equipo de comisarios hay ocho vice- presidencias (una más que en la comisión Juncker), de las cuales tres tienen el carácter de ejecutivas. Entre ellas no se encuentra la del Alto Representante de la Política Exterior y Seguridad ocupada por el español Josep Borrell quien sucede en el cargo a la italiana Federica Mogherini. Por su parte, la política migrato- ria estará gestionada por el tándem Schinas (Grecia) – Johansson(Suecia), mientras que la cartera de juven- tud estará a cargo de la búlgara Mariya Gabriel. En el primer discurso de Leyen como presidenta de la Comisión ha estado muy presente la vocación de multilateralismo de la Unión Europea y la voluntad de- cidida de impulsar una Europa referente mundial en la reversión de los efectos del cambio climático y la re- volución digital. El tono, sin embargo, ha sido descom- prometido, autocomplaciente y de bajo perfil político y hace augurar una presidencia poco efectiva a menos que se aborden los siguientes asuntos. Primero: Cómo hacer real la compatibilidad en- tre la revolución verde que se ha anunciado y una ma- yor productividad económica, desarrollo tecnológico y científico de modo que se logre aquél de una manera inclusiva sin dejar en el camino a los más vulnerables. Segundo: Cómo abordar una verdadera integración en un espacio como el europeo en el que las opciones políticas de corte xenófobo se han hecho un lugar en los parlamentos y gobiernos de no pocos estados. Has- ta qué punto funcionará la colaboración entre todo lo relativo a la política migratoria “ad extra” cuya res- ponsabilidad correrá a cargo de Margaritis Schinas y la política migratoria “ad intra” dependiente de Ylva Jo- hansson. A juzgar por el discurso de Von der Leyen y de sus comisarios no existe ninguna respuesta creati- va que haga avizorar un cambio de estilo sobre lo que viene aconteciendo. Antes al contrario: más externali- zación de fronteras, más devolución de personas en si- tuación irregular, una revisión del paquete de Dublin y ni media palabra sobre revisar los pilares de una inte- gración activa cívica que no ha funcionado. Tercero: cómo cuadrar el “sudoku” de una Europa inclusiva, cohesionada y socialmente desarrollada en la que quepan las “piezas” del envejecimiento de la pobla- ción, el desarrollo de los cuidados personales, el mante- nimiento de los sistemas de protección social, la estabi- lidad laboral y la transición demográfica en un contexto en que los flujos migratorios tienen mucho que decir. Cuarto: Cómo compatibilizar el desarrollo de una política agrícola y pesquera común con el cuidado medioambiental sustrayéndose a la presión de los gran- des lobbies. (Algo parecido cabe afirmar en el ámbito del transporte y de la energía). Finalmente, será preciso abordar el modo de dar cauce a las demandas de una juventud crecientemente desengañada de sus líderes políticos, que no ve en la unión Europea el referente que necesita para empren- der sus proyectos de futuro con confianza, y que está avocada a una adaptación sin fin al mercado que no le garantiza salir de la precariedad tal y como se deduce de las conclusiones de la última cumbre europea sobre la juventud celebrada el pasado julio. Los cien días de gracia de la Comisión coinciden con el final de la presidencia finlandesa y el comienzo de la presidencia croata. Es de confiar que para entonces podamos ver hasta qué punto se están produciendo se- ñales de cambio.  Emilio José Gómez Ciriano Universidad de Castilla-La Mancha. Miembro de los grupos de trabajo de migración y asuntos exteriores de la COMECE. Nueva Comisión, ¿viejos problemas?

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