Ventana Europea nº 119

ENTRE C ULTURAS 24 VENTANA EUROPEA Diciembre 2019 > E n la actualidad, lamentable- mente, se delega esta ayu- da, pensando que es tarea exclusiva de las organizaciones oficia- les o de estamentos especializados; sin embargo, hay que pensarlo detenida- mente pues la comunidad de acogida es la primera llamada a realizarlo. A esta primera creencia de que “otros se ocuparán” se suma la sen- sación generalizada de estar tremen- damente “ocupados” con los propios problemas, sean demandas del trabajo, dificultades económicas, exigencias familiares, etc. Decir “no tengo tiem- po para ayudar a alguien, ya tengo su- ficiente con mis propios dilemas y los de mi familia” es una frase razonable, pero equívoca. Equívoca porque la mayoría de los estudios sobre el bienestar apuntan a la autotrascendencia como el medio más apropiado para crecer como per- sona y aumentar la resiliencia. El des- centramiento tiene la virtud de crear salud emocional. En el contexto migratorio, esta si- tuación es prioritaria; es decir, es indis- pensable que la misma comunidad que ya ha vivido la experiencia de la migra- ción apoye a los novatos o a quienes es- tán en alguna condición de vulnerabi- lidad ante este reto. Compartir el idio- ma, la idiosincrasia y la vivencia de la migración es una garantía para generar confianza y el clima necesario para la ayuda y el cuidado recíproco. Emigrar no solamente es cambiar de un país a otro, sino que implica la nos- talgia de la mentalidad, de la lengua, de los sabores, clima, colores, paisajes, la- zos familiares y de amistad. Emigrar requiere enfrentar muchos reajustes y, particularmente, crear nuevas redes vinculares para sentir pertenencia. red de acompañamiento Hace casi tres años, el suicidio de un joven de la comunidad hispana en el cantón Zürich nos alertó ante lo ex- tremo que puede llegar a ser esta situa- ción. La pregunta surgió de forma in- mediata: ¿cómo prevenir que las difi- cultades propias de la migración no se conviertan en problemas graves como depresión, ansiedad, soledad crónica, baja autoestima o problemas de pare- ja, familiares y sociales? Desde ese afán y comprendiendo que ayudar no es un tema de tiempo, no es un tema de delegar a otros, si- no que es un tema de disposición, la Misión católica de lengua española del cantón Zürich impulsó una Red de acompañamiento. ¿Por qué una red? Porque es una imagen que implica unión, que implica que podemos sos- tener algo y ser parte de un tejido de apoyo. Una red compuesta de perso- nas dispuestas a ayudar a otras por me- dio del acompañamiento oportuno. Para ofrecer más solidez al proyec- to, se ofreció una capacitación a los voluntarios que quisieron ser parte de este proyecto. ¿La razón? Porque en- tendimos que tanto para los recién lle- gados como para quienes requieren al- guna asistencia, es necesario un básico conocimiento de relación de ayuda, de técnicas de acompañamiento y, sobre todo, del fundamento de una antropo- logía humanista. En dicha formación, la Misión ca- pacitó a alrededor de 50 personas en una serie de módulos temáticos rela- cionados a: escucha y empatía; pareja y familia; duelo migratorio, interven- ción en casos de trauma; y, prevención de depresión, soledad y aislamiento. Internet en las Misiones (Zürich, Suiza) UN MAPA PARA INFORMAR, UN MAPA PARA ACOMPAÑAR Ayudar, cuidar y acompañar son verbos que cobran significativi- dad solamente cuando son vivencias y experiencias vinculares. Los comprendemos cuando estamos cerca de alguien que sufre o que nos necesita; y otras, porque los necesitados somos noso- tros. Es indudable que la reciprocidad en esta dinámica es un te- ma imprescindible en toda comunidad en contexto migratorio, máxime si es una comunidad unida por la fe y la corresponsabi- lidad. Redacción . Zürich (Suiza)

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