Ventana Europea nº 119
VENTANA EUROPEA 33 Diciembre 2019 > L a Hermandad del Señor de los Milagros de Zürich (Suiza) tiene su origen en las actividades de un grupo de perua- nos que, motivados por su fe en Cris- to, revivieron en 2005 en la Misión Católica de Lengua Española las tra- diciones religiosas de la cofradía de los esclavos angoleños de Pachaca- milla (Perú), que son continuadas hoy día por la Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas en la capital peruana (Lima). Bajo la supervisión de la Misión, está actualmente animada por un comi- té a cuyo frente se encuentra como ma- yordomo Jimmy Nicolleti. Su objetivo es difundir la devoción al “Cristo Mo- reno” y enriquecer la vida eclesial sui- za aportando las ricas expresiones lati- nas de la vivencia de la fe. Un espléndido día de otoño, bro- che de oro del “mes morado”. La Her- mandad del Señor de los Milagros de Zürich celebra su día grande con la so- lemne eucaristía en el templo de San Pedro y San Pablo y el recorrido proce- sional por las calles zuriquesas hasta la sede de la Misión. Se trata de una cita anual que ha consolidado ya su fuerte atractivo co- mo sentida y pública manifestación de fe. El “Cristo Moreno” atrae hacia Él desde el trono de su entrega a los fieles devotos peruanos y a los simpatizantes de otras latitudes, e interroga a los ciu- dadanos que pasean por las calles de la capital financiera de Suiza. La Hermandad es bien consciente de que está llamada a traducir a lo largo del año, en su día a día, la vibración espiri- tual que tan bellamente se plasma en el día grande. Sí. Para evitar caer en el va- no espectáculo, para no perderse en puro sentimiento ocasional, para no quedarse en acontecimiento folclórico-cultural. La celebración eucarística y el re- corrido procesional resultan ser toda una lección –muy plástica, viva, y ex- presiva– de vida cristiana para las más de 400 personas que se sienten atraídas por esta devoción de hondas raíces pe- ruanas. Así, cargar el anda con el Señor nos habla de hacernos cargo del cuida- do solícito por cada persona, por ca- da hermano y de entregarle a Él todo el lastre de nuestro pecado e inauten- ticidad; sahumar con oloroso incienso su imagen nos reclama el compromiso de expandir en la vida corriente (en ca- sa, con los hijos, en el trabajo, con los compañeros…) la fragancia de los va- lores evangélicos; entonar cantos en su honor y alabanza nos empuja a sumar nuestra voces para hacer posible la sin- fonía de la fraternidad, de la justicia so- cial, de la reconciliación. Al alzar los ojos hacia la imagen, en una de las estaciones del recorrido, bro- ta sincera y sentida la plegaria: “Señor de los Milagros, Tú que recorres las ca- lles de nuestras ciudades (también las de esta ciudad europea, postmoderna, multicultural…) recorre nuestras vidas: las de cada hermano y hermana de la Hermandad, las de cada familia de la Misión, las de las personas indocumen- tadas, refugiadas, excluidas… con las que compartimos la vida ciudadana y a las que queremos contagiar el gozo de la fe en este tierra suiza que nos acoge. Amén”. El Señor de los Milagros de Zúrich devoción al cristo moreno J. C. R. Zürich (Suiza)
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