Ventana Europea nº 125
VENTANA EUROPEA 13 Marzo 2023 fluida, les une la inmigra- ción. No les importa que sean de un país más lejano o más cercano. Y, también, de alguna manera, les une la pobreza. Muchos de los inmi- grantes que llegan a Espa- ña y que viven en esta casa consiguen crear una fami- lia. Pero, sobre todo, en su país. Cuando consiguen los papeles y tener un trabajo suelen volver a ver a su fa- milia y la mayoría se casa. Pero vuelven a España. Si se trajeran a España a sus familias sería imposible vi- vir, ya que tendrían que de- dicar la mayor parte de su sueldo a tener una casa, por lo que la esposa y los hijos se suelen quedar en su país. Con el dinero que les man- dan llevan una vida bastan- te aceptable. Desde el pun- to de vista económico, es más facil atender a los hi- jos desde aquí. El porqué de una vida ¿Por qué, Jorge, una vida así? Nos hace toda una declaración de inten- ciones que explican los motivos de Jorge para lle- var una vida como la que lleva: “Yo no me imagi- no una vida de cura dis- tinta a la que he vivido. Desde que salí del semi- nario, ya acogí a un chi- co, estaba con otros dos curas, estaba en la UVA de Hortaleza y ya acogí a uno y ya siempre ha sido así. La convivencia siem- pre ha sido muy cariñosa con todos, pero sobre to- do con los africanos, y con los otros también, con los de la droga. Fueron años de más dificultades, más problemas, pero también por las situaciones de do- lor que vivían, eran tam- bién de mucha intensidad y de mucho cariño. Lo he pasado mal en momentos, pero también he sido muy feliz. Y ahora, desde que estoy con los inmigrantes, no tiene nada que ver con la droga, la convivencia es mucho mejor. Hay dificul- tades también, pero es que he sido y soy tan feliz... No entiendo ser cura y no acoger a gente que pueda estar pasando dificultades y vivir yo solo en una ca- sa para mí. Desde que na- cí, siempre he vivido con gente. Cómo de cura voy a vivir mejor de lo que he vivido cuando no era cura. No me hice cura para vivir bien, sino para estar con la gente y para dar testimo- nio del Evangelio. Al final he conseguido vivir muy bien. Por eso no quiero yo dejar esto porque, sin que- rerlo, vivo muy bien por- que nunca estoy solo; de la misma forma que yo les colmó de atenciones ellos lo hacen conmigo tam- bién”. La parroquia Pero Jorge también atiende una parroquia. Es el párroco de Nuestra Se- ñora de la Guía. El templo es casi como una vivienda más, pequeño y austero si- tuado en la colonia de San Cristóbal, un barrio obre- ro de Madrid que está atra- pado en medio de altos ba- rrios de la Castellana. Un lugar de encuentro (den- tro y fuera del templo) en medio de las ochocientas viviendas de los años cin- cuenta para empleados de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), de- fendiéndose como pueden del acecho de la especula- ción inmobiliaria. Las cua- tro torres del final del pa- seo de la Castellana emer- gen amenazantes ante ese pequeño edificio de ladri- llo visto. Cerca de su en- trada, hay un crucifijo de tres metros de altura for- jado con los hierros de un LA HISTORIA DE SADIO Un vecino de Sadio, en Guinea Conakry, se marchó a Senegal para subirse a una patera y llegar a España. Pero la patera se hundió y se quedó de refugiado en Senegal, después de pagar a las mafias para poder entrar en la pa- tera, lo mismo que les sucedió a otros de Gambia, Ca- merún y otros países. Sadio era conductor de camiones en su país y, con lo que tenía ahorrado, marchó a Sene- gal a unirse con su vecino para embarcar hacia Canarias. Sadio tuvo que pagar cuatrocientos euros para subir a la barca, junto a su vecino, y después de muchas vicisitu- des y ocho días de travesía consiguió llegar a España. La casa de la carretera de Colmenar le ha servido para vivir y conseguir un trabajo. Con sus papeles en regla hace unos años marcha a su país y se casó, pero volvió a Es- paña donde sigue viviendo. Va, cuando puede, a Guinea Conakry y ya tiene dos hijos, de siete y cuatro años, y es- pera el tercero. “Yo quiero, dice Sadio, que Europa haga dos cosas. Una, que creen proyectos en África para que la gente, en vez de venirse aquí a sufrir, que tenga más posibilidad de encontrar trabajo allí. Y que hagan políti- cas que impidan que los altos funcionarios de los países no roben allí y escondan el dinero aquí”.
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