Ventana Europea nº 125
6 VENTANA EUROPEA Marzo 2023 > REP O RTAJE que a su padre le había dado un infarto y había que ayu- dar a la familia. Su prime- ra formación, pues, en Ca- rabanchel, donde más droga había del barrio, se concen- traba alrededor de la parro- quia, entre otras cosas por- que los drogadictos tenían de alguna forma el amparo del cura, que siempre esta- ba allí para echar una ma- no, especialmente en los problemas con la policía. La relación de Jorge con el mundo de la droga y con los consumidores fue muy cer- cana. De allí pasó a vivir dos años en San Blas y los pro- blemas con el mundo de la droga eran los mismos, con un trabajo y una rela- ción con los toxicómanos muy fuerte. De allí le en- viaron a la UVA de Horta- leza, a su etapa de pasto- ral (un año de seminaris- ta y otro, ya, de diácono), donde nada más cerrar la puerta de casa empezaron a apedrearla. Él cree que fue sencillamente para lla- mar la atención, para dar una señal de aviso de que estaban allí y necesitaban ayuda. “Yo no tuve mie- do, si me había enfrentado a todo el mundo de la dro- ga, había visto peleas, ha- bía ido a la cárcel a visitar a chicos” dice. Abrió poco a poco la puerta, habló con los chavales y se acabó el problema. Allí ya empeza- ron a acoger a chavales to- xicómanos en su casa. Co- nectaron con la asociación de vecinos, con todo el ba- rrio y empezaron a coger a chavales y a trabajar y a reivindicar los problemas de las cárceles y acoger a toxicómanos. Logró reunir a una montón de grupos de jóvenes del barrio, de aso- ciaciones y abrieron una radio, Radio Enlace, que todavía sigue funcionan- do. Fueron dos años muy intensos, de no parar: sin coche, corriendo en metro, en autobús, corriendo a re- uniones hasta las tantas en la etapa de pastoral. Y es- tuvo otros dos años más allí, pero ya de sacerdote. De allí le mandaron de pá- rroco a El Berrueco y otros cuatro pueblos más, pero él seguía participando de una manera intensa en el traba- jo con los drogadictos, ya que el trabajo en los pue- blos era más de fin de se- mana. Primeros contactos Estando en El Brrue- co, empezó a tener contac- to con inmigrantes marro- quís. A una de las personas que atendió en primer lugar fue a una mujer marroquí, que servía en casa de una importante persona de Ma- rruecos, donde estaba “ca- si secuestrada”. Tenía que limpiar todos los días la piscina, aún en invierno sin tener agua y comía de lo que sobraba de los platos, no de la olla, de los “seño- res”. La sirvienta consiguió escapar de la casa y estu- vo escondida un tempora- da en El Berrueco. En ese pueblo, al amparo de Jorge, estuvieron conviviendo una temporada un grupo de do- gradictos de la asociación de Hortaleza y un grupo de marroquís. No tuvieron problemas con la gente de los pueblos, excepto en al- gún caso puntual; ya se en- cargaba Jorque de transmi- tir lo importante que era la solidaridad y el acogimien- to para los cristianos. “Je- sucristo, dice, está en el po- bre y está en el drogadicto y está en el gitano y está en el inmigrante. Está en toda persona que sufre”. Eso lo ha tenido siempre muy cla- ro. Lo vivió en el seminario y siempre fue consciente de que “Jesucristo está más en las personas que en la euca- ristía vacía. Si la eucaristía es celebrar lo que se vive entonces está también, pe- ro si la eucaristía se celebra sin vivir con el pobre, en la eucaristía no está Jesucris- to. Si no ves a Jesucristo en [ Fue párroco de El Berrueco y de otros cuatro pueblos más, pero él seguía participando de una manera intensa en el trabajo con los drogadictos en Madrid, ya que el trabajo en los pueblos era más de fin de semana. ]
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