Ventana Europea nº 125

VENTANA EUROPEA 29 Marzo 2023 mentado muchas de nues- tras familias. V. E.: ¿Como ha res- pondido el JRS respecto a Ucrania? A. A.: El JRS ha estado presente en Ucrania desde hace décadas y ha acompa- ñado a multitud de personas refugiadas y desplazadas desde antes del estallido de la guerra. Desde que co- menzó el conflicto arma- do, la Compañía de Jesús dio un paso al frente y puso todos sus recursos disponi- bles para atender esta emer- gencia. El JRS, con toda su red mundial, pero este caso desde su oficina regional en Bruselas y las 23 oficinas nacionales, y de la mano de la Red Xavier, articulamos una respuesta común que llamamos One Proposal. En el primer año des- de el inicio del conflicto, los jesuitas han atendido y acompañado a 56.042 per- sonas que huían de la vio- lencia, proporcionando 82.111 actividades de asis- tencia a corto y medio pla- zo en áreas como ayuda de emergencia, refugio, apoyo psicosocial, educación e in- tegración. Concretamente, el 60% de los servicios se enmar- caron en el primer objeti- vo estratégico clave "Aco- ger", que se centra en la ayuda a corto plazo y de la ayuda de emergencia. Mientras tanto, el 30% de las actividades fueron de ayuda a medio plazo en áreas como el apoyo psi- cosocial, la salud, la edu- cación y la vivienda, que entran dentro del segundo objetivo estratégico "Pro- teger". El último 10% se repartió entre los objeti- vos "Integrar" y "Promo- ver", que pretenden pro- porcionar ayuda a largo plazo a través de activida- des de empleo, sensibili- zación e integración. V. E.: ¿Qué debe re- coger el encuentro entre Universidad y Migracio- nes? A. A.: A mi modo de ver, la Universidad tiene un rol importante cuando nos acercamos al mundo de las migraciones. La universi- dad se entiende desde tres pilares principalmente: la formación, la investigación y la transformación social. Las migraciones como una de las grandes encruci- jadas de nuestro tiempo se presentan en el mundo aca- démico no solo como un campo de estudio, sino co- mo una oportunidad para entender y desarrollar dis- tintos ámbitos, como el la- boral, sanitario, educativo, del derecho, antropológico, teológico, etc. Asimismo, la univer- sidad necesita articular su trabajo conjunto con otras instituciones o colectivos que trabajan en el terreno, y que dotan de coherencia y sentido, al ámbito de in- vestigación y formativo. Es necesario articular ver- daderas comunidades de discernimiento y de trabajo conjunto entre los distintos agentes. V. E.: ¿Qué pides a la Iglesia europea respecto a los migrantes y refugia- dos? A. A.: El papa Francis- co y la doctrina social de la Iglesia plantea una mirada común hacia nuestros her- manos y hermanas migran- tes y refugiados. El pueblo de la Alianza es un pueblo peregrino que se entiende asimismo como pueblo en camino, migrante. Es en esta dinámica en la que creo que como Igle- sia europea estamos llama- dos a sumar y a favorecer. En este sentido, como Igle- sia somos invitados a favo- recer dinámicas en las cua- tro líneas que promueve la Iglesia y el papa Francisco: acoger, promover, proteger e integrar. Esta llamada sin du- da pasa por abrir nuestras puertas y corazones; pro- mover la igualdad, la dig- nidad y el acceso a los de- rechos para todos; proteger y defender a los más vul- nerables y participar ac- tivamente en la inclusión de las personas migrantes y refugiadas en nuestra so- ciedad, y especialmente en nuestras parroquias y ám- bitos eclesiales. Terminamos con esta frase de Alberto que resume su peculiar servicio con los emigrantes: “Sólo desde el ámbito académico o dando cajas de leche no se trans- forma el mundo”.  "Tengo el convenci- miento personal de que to- dos y todas somos migran- tes. Lo he vivido con mi fa- milia, con amigos y en cier- ta manera también en mi vi- da personal. Como decía he conocido la migración de cerca en mi familia, con par- te de ella en Argentina, con un familiar que estuvo bue- na parte de su vida en Ho- landa y al que pude visitar junto a la colonia españo- la, con unos padres que casi desde que yo nací emigraron del campo a la ciudad. Esas experiencias han marcado mi vida desde niño. Desde el barrio donde me crie en Valladolid se vivía la diversidad a diferentes niveles hasta la comunidad ecua- toriana en Madrid, en el barrio de la Ventilla, pasando por la comunidad salvadoreña en el área metropolitana de Boston, en Estados Unidos. También tengo que citar la vivencia con la comuni- dad en una parroquia de Sommerville, que realmente me cambio la vida, así como la comunidad marroquí en Va- lladolid. Hoy puedo decir que no podría entender mi vida sin muchas personas migrantes, amigos y amigas con nom- bres y apellidos, de los lugares en los que he vivido y de otros tantos con los que he tenido la suerte de cruzar mi camino en lugares como México, Albania, Guatemala, Perú o la India". 

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