Ventana Europea nº 124

30 VENTANA EUROPEA Junio 2022 OCI O Y CULTURA > P uro teatro-documento co- mo suele ser habitual en las Producciones de Unahora- menos, una productora gran canaria que se propuso denunciar la nefasta si- tuación en la que se vive en los cam- pos de refugiados. Y había también deseos de participar porque también se sabía que el espectador formaba par- te de la escena. Luego seguirían otras representaciones por distintos lugares de España y que llegaron a Madrid en abril y mayo de 2022 y que continuará posteriormente su recorrido por San Sebastián y otros lugares en los meses próximos. Dicha obra refleja sin con- cesiones sensibleras la situación de los campos de refugiados extendidos por toda Europa a partir del situado en la isla de Lesbos, en Grecia, y uno de los puntos calientes de la migración en Europa. Permaneció en activo entre 2013 y 2020, cuando quedó destruido por un incendio. Es el paradigma del impulso excluyente de “sacar a fuera” a todos los refugiados o de extender las fronteras propias más allá de los li- mites de cada nación, contraviniendo muchas veces los derechos humanos, tal y como aparece en el transcrito sa- ludo grafico en la puerta de entrada en la sala escénica y que nos recuerda el artículo 14 ​de la Declaración de Dere- chos Humanos sobre el derecho a bus- car asilo. Es toda una declaración de intenciones de los autores que quieren recordarlo y extenderlo donde puedan. Carpa de refugiados También el escenario teatral está ex- tendido. Hay una carpa de refugiados como decorado envolvente incluso con el logo de Acnur. Como si una ancha tienda de lona de acogida se abriera y desplegara para acoger a intérpretes (y también a los espectadores) para partici- par todos “desde dentro” del desarrollo de la obra. Me resonaba entonces aque- lla invitación bíblica de los tiempos del profeta Isaías (¡que ya ha llovido desde entonces!) cuando formulando la nece- saria e imprescindible hospitalidad invi- ta a «ensanchar el espacio de tu tienda, desplegar tus toldos sin miedo, reforzar tus estacas y alargar tus cuerdas, porque te extenderás a derecha e izquierda; tu estirpe heredará las naciones y poblará ciudades desiertas». Es decir, a desple- gar nuestros toldos, hacer más grande nuestra casa, y que para ello es impres- cindible reforzar las estacas y alargar las cuerdas; es decir, fortalecer las bases y cimientos para ir más allá, preguntarnos dónde están los más vulnerables, la ma- yor necesidad, el mayor bien y salir a su encuentro. Y detectar a los que exclu- yen política y socialmente a los migran- tes que buscan dignidad, derechos, tierra y pan como todo ser humano. Con ese “decorado” el espectador se mete pronto en la escena de la vida de los refugiados y sus dramas que nos tocan y nos pro- vocan a nuestras propias convicciones y actitudes respecto a acogida personal y colectiva de los emigrantes y refugiados En la sala III del teatro Fernán Gó- mez del Centro Cultural de la Villa de Madrid, donde se representó, unas bolsas de basura, palés con fotografías e imágenes reales devastadoras del campo de refugiados reciben al pú- Teatro MORIA. Una obra de teatro donde todos somos refugiados Allá en enero de 2021 ya había gran expectación en la Sala Insular de teatro de Las Palmas deGranCanaria por la la obra “MORIA” en ese formato tan actual de “teatro- documento “. Una experiencia escénica inmersiva ambientada en el campo de refugiados de Moria en la Isla de Lesbos (Grecia), a partir de los testimonios recogidos en el campo en enero de 2020. José Luis Pinilla. Madrid

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