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Aurelio Miras Portugal, Director General de Migraciones

«La vida de emigrante exige sacrificio»

Aurelio Miras Portugal

Aurelio Miras Portugal, gallego de Carballino (Orense), abogado de profesión, lleva casi toda la vida dedicado a la política: concejal, diputado, parlamentario, director general, consejero,… en partidos de centro derecha, como UCD, Coalición Galega, Centristas de Galicia y PP. Y buena parte de ella, dedicado al mundo de la migración. Como es lógico, nuestra charla con él versa sobre este tema.

Una de las características del trabajo de Aurelio Miras es un ir y venir continuo. Lo mismo está en Alemania, como en Panamá, Francia, Argentina, Suiza, Brasil, Estados Unidos,… en cualquier parte del mundo donde haya españoles. Pero no solo consiste su labor en la atención a los emigrantes españoles, también los inmigrantes están en el punto de mira de sus atenciones y de la gentes que le rodean.
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Ventana Europea: ¿En qué consiste, fundamentalmente, su trabajo?
Aurelio Miras Portugal: Las funciones de la Dirección General de Migraciones están recogidas en la normativa, que básicamente nos atribuye competencias en materia de emigración, inmigración e integración de los inmigrantes. Para ello cuento con tres subdirecciones generales que se ocupan, por poner algunos ejemplos, de las autorizaciones de inmigración, la contratación en origen, la acogida e integración de los inmigrantes, la atención a los españoles en el exterior y los retornados, las subvenciones a los centros de españoles en el exterior, o las ayudas asistenciales y sanitarias a los emigrantes con pocos recursos. Asimismo, esta Dirección General tiene adscritos el Observatorio Permanente de la Inmigración, el Foro para la Integración de los Inmigrantes y el Consejo general de la Ciudadanía Española en el Exterior.

V. E.: ¿Cuál es el mayor reto al que se enfrenta su Dirección General?
A. M. P.: La política migratoria en España se enfrenta a varios retos, en primer lugar es necesario tener claro que el perfil del nuevo migrante ha evolucionado y así poder definir y atender sus necesidades. Debe tenerse en cuenta el incremento del protagonismo de la mujer, la existencia de un amplio colectivo de ciudadanos españoles nacidos fuera de España o en nuestro país de padres extranjeros, la difuminación de la frontera entre desplazados forzosos y migrantes voluntarios que llegan, la protección especial que requieren los menores y quienes han sido víctimas de violencia.
Para la Dirección General de Migraciones, tanto los emigrantes españoles y sus descendientes, como los inmigrantes extranjeros son parte de la realidad de España y protagonistas en el desarrollo de la economía. El reto es, por tanto, facilitar la salida de España y velar por los derechos de aquellos que sienten la necesidad de emigrar, ayudar a los que vienen a España y garantizar sus derechos y su integración en nuestra sociedad, así como facilitar el retorno a los que quieren volver.

V. E.: Los emigrantes españoles que usted visita son como los del programa de tv “Españoles por el mundo”? ¿Triunfadores, felices, sin ganas de volver?
A. M. P.: La colectividad española en el exterior es muy diversa, pero generalmente se encuentra muy bien integrada en las sociedades de acogida, como resultado de su trabajo y esfuerzo personal, participando de una forma muy enriquecedora tanto en la vida de la colectividad española como en las propuestas de las sociedades de acogida. Por supuesto que no es lo mismo el emigrante en Iberoamérica que en Europa o Asia, ni el que se marchó en los años 50 del pasado siglo y el que se ha marchado hace un año. Lo que sí está claro es que la vida de emigrante, y esto sí que es común para todos, exige sacrificio.
V. E.: Los emigrantes españoles en Europa se quejan mucho de que están un tanto olvidados por su patria. ¿Es así?
A. M. P.: No están olvidados por la Administración Española. Los residentes en Europa tienen a su disposición las Consejerías de Empleo y Seguridad Social y los Consulados, tienen órganos de participación como los Consejos de Residentes  y el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior. Por otra parte, tienen acceso a los programas de subvenciones que gestiona esta Dirección General, y cuentan con una red de centros y un movimiento asociativo que les apoya, pero que, a su vez, cuenta con el apoyo de la Administración española.
Los españoles tienen un sentimiento de solidaridad muy arraigado, en los países en los que los españoles han emigrado y se han establecido se han creado instituciones culturales y de recreo, así como de beneficencia y socorros mutuos con el fin de no perder la identidad española y de ayudarse los unos a los otros. Con este mismo espíritu, el Gobierno de España es el único que mantiene ayudas asistenciales para todos aquellos emigrantes que lo necesitan, alrededor de unas 18.000 personas, de los aproximadamente dos millones y medio de españoles que residen en el exterior.
V. E.: ¿Cómo ayuda la Administración a los jóvenes emigrantes españoles?
A. M. P.: La Dirección General de Migraciones dispone de diversos canales y medios para ayudar a los jóvenes españoles que desean desplazarse al exterior o ya lo han hecho. Por una parte, gestiona el Programa de Jóvenes que proporciona  subvenciones para la formación e integración de los jóvenes. Por otra parte, cabe destacar la existencia del Portal de la Ciudadanía Española en el Exterior y del Portal de Movilidad Internacional, que ofrecen a los jóvenes información fidedigna y actualizada sobre los países de mayor interés para sus fines. Además, la  red de Consejerías de Empleo y Seguridad Social está volcada en asesorarlos y facilitar su integración y, asimismo, cuentan con los numerosos centros españoles en el exterior, que están haciendo un gran trabajo con los recién llegados y a los que la Dirección General de Migraciones presta apoyo económico.

V. E.: ¿Cómo valora usted el trabajo de la Misiones Católicas de Lengua Española en Europa con los emigrantes?

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A. M. P.: Sin duda es muy positivo. A lo largo de los años, las Misiones Católicas han realizado una gran labor, tanto pastoral como social. Es encomiable su dedicación a los españoles que han requerido ayuda, en los trámites burocráticos, en las traducciones, con los contratos de alquiler, los médicos y todos aquellos aspectos cotidianos que resultan imposibles para muchos recién llegados. Esta vertiente práctica, de colaboración con otras entidades como la Confederación Europea de Asociaciones Españolas de Padres de Familia, o la Academia Española de Formación de Bonn, ha sido especialmente valiosa para facilitar la vida a muchos emigrantes, con independencia de sus creencias religiosas. Estas Misiones son un ejemplo para todos y prueba de ello es que, Fátima Báñez, la Ministra de Empleo y Seguridad Social ha concedido la Medalla de Honor de la Emigración, en su categoría de oro, a la Misión Católica de Emigrantes de París.

 

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