Nueva andadura de Ventana Europea
Hace 30 años que se abrió Ventana Europea para dar cabida a la problemática de los emigrantes españoles en Europa y al trabajo que realizaban las Misiones Católicas de Lengua Española. Para darle soporte jurídico a la revista, los responsables de las Misiones Católicas de Lengua Española en Europa crearon la Asociación Europeos (ASE). Desde el inicio la revista ha contado con el apoyo de la Comisión Episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española.
El proyecto de revista, que empezó a gestarse en el IV Encuentro de Responsables de Pastoral de las Misiones Católica de Lengua Española en Europa, celebrado en Bruselas a mediados de octubre de 1990, fue un sueño colectivo de los misioneros, a la vez que un reto apasionante a tenor de los vientos comunitarios que corrían por la Europa unificada. Hasta entonces cada Misión editaba sus propias revistas, pero el nuevo proyecto pretendía hacer una revista profesional, que englobara a todas ellas y sirviera de lazo de unión entre las distintas Misiones Católicas de Lengua Española en Europa y entre los emigrantes, en principio españoles y que después se abriría también a los latinos. En abril de 1991, el sueño se hizo realidad con la salida a la calle del primer número de Ventana Europea. Han sido 121 números en papel y ahora, a tenor de los tiempos que corren, la revista inicia su andadura digital, con los mismos objetivos que cuando salía en papel, lo que supondrá un importante ahorro en el envío por correo postal.
Al hacer un balance sumario de los 30 años con la “ventana abierta” hay empezar agradeciendo a los responsables de las Misiones Católicas de Lengua Española en Europa de los años noventa la iniciativa de crear Ventana Europea, superando no pocas dificultades. Su compromiso personal e institucional y su aportación económica hicieron el milagro. Algunos de ellos ya no viven y otros están felizmente jubilados en España. Los misioneros, cada uno en la medida de sus posibilidades, acogieron con entusiasmo la nueva revista y potenciaron su distribución dentro de sus respectivos ámbitos. Es justo agradecer a las Comisiones Episcopales de Migraciones de las Iglesias europeas, principalmente de España, Alemania y Suiza, su apoyo para que el proyecto siguiera adelante. A esta lista hay que añadir la legión de colaboradores y colaboradoras que facilitaron información, escribieron artículos, fueron entrevistados para la revista e hicieron trabajos de redacción, maquetación y distribución. El resto lo pusieron los suscriptores y lectores porque sin ellos la revista no hubiera tenido sentido. Muchas gracias a todos.
Un hecho particularmente relevante en el haber de Ventana Europea es que ha dado a conocer a la opinión pública la existencia de cientos de miles de emigrantes españoles en Europa y hoy por hoy “lo que no sale en los medios de comunicación no existe”. España no solo es un país de inmigración sino también de emigración, algo que mucha gente parece ignorar. En alguna medida todos somos emigrantes o hijos de emigrantes.
Ventana Europea ha sido y seguirá siendo, ahora como revista digital, espacio privilegiado para dar a conocer el trabajo de la Iglesia, pionera en la atención pastoral a emigrantes españoles en Europa. Con la primera gran emigración, en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, fueron muchos sacerdotes, religiosos y religiosas para prestarles servicios de acogida, traducción de idiomas, búsqueda de trabajo, atención pastoral… Y todavía quedan Misiones prestando estos servicios.
Las páginas de “Ventana Europea” son historia viva de los últimos 50 años de la emigración española en Europa y la historia continua. Gracias a cuantos han vivido y contado esta historia.
