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Una “tournée” nocturna por el “Bois de Boulogne” (Paris)
“Aux captifs la liberation”

<span style='color:#27509b;font-size:18px;font-weight:500;'>Una “tournée” nocturna por el “Bois de Boulogne” (Paris)</span><br> “Aux captifs la liberation”

“Aux Captifs, la Libération” es una asociación humanitaria al servicio de las personas de la calle y de quienes ejercen la prostitución. Aux Captifs, la Libération es una asociación benéfica amparada por la ley francesa de 1901 cuya misión es conocer y acompañar a las personas de la calle.

Carlos Tobes Arrabal. París

Creada en 1981 por el padre Patrick Giros, sacerdote de la diócesis de París, y aprobada por las autoridades públicas, la asociación benéfica tiene su sede en París y ayuda a personas excluidas que viven de la calle o en la calle: personas sin hogar, personas que ejercen la prostitución, inmigrantes, jóvenes que han perdido el rumbo, víctimas de la droga o el alcohol.
Su raíz está en el texto profético de Isaías (61, 1) y en el evangelio de Lucas (4, 18-19), en el que dice Jesús que viene para “anunciar a los cautivos su liberación”. Para lograr esta liberación, esta asociación para los pobres ha desarrollado un proyecto basado en tres ejes principales: conocer, acompañar, revelar.

Ayudar a los pobres y escuchar su clamor

En el centro de este proyecto, el padre Patrick Giros tenía una preocupación esencial: reinventar el trabajo social. Las acciones sociales que lleva a cabo esta asociación en favor de las personas sin hogar son las siguientes: Rondas por la calle, sesiones de bienvenida, apoyo social y seguimiento, programas de revitalización, apoyo para salir del alcohol, reinserción en el mercado laboral, orientación para el alojamiento.

Una caridad católica en el corazón de las parroquias, un punto de encuentro entre tres mundos: la calle, la sociedad y la Iglesia. “Aux captifs, la libération” es una asociación caritativa cristiana cuyos equipos y locales se encuentran en las parroquias de la diócesis de París.

Tournée por la noche en el Bois de Boulogne

Adeline, responsable de la “Antenne Lazare” de “Aux captifs la Liberation”, me llamó el día de Pascua 2020 para hablarme de las personas hispanohablantes que se prostituyen en el “Bois de Boulogne” (a 10 minutos a pie de la Misión Española de París).

Este bosque de Boulogne, verdadero pulmón para la ciudad de París, ya es conocido de antiguo porque en él se ejerce la prostitución. Se dice que las personas “travestis” –así se les conoció en algún tiempo– se las encontraba en este bosque hace más de un siglo. Son la mayoría migrantes y su vida es oculta y para algunas nocturna. También es famoso por los asesinatos, violaciones y robos. De hecho hay que desaconsejar a cualquier persona el transitar de noche por este bosque.

A primeros de mayo de 2020 vino Adeline a la Misión Española de la rue de la Pompe para presentarme la asociación «Au captifs la libération» y posteriormente invitarme a hacer una ronda o tournée por el Bois de Boulogne.

En la Misión española conocíamos al menos dos grupos de personas hispanohablantes del mundo de la prostitución, pertenecientes a asociaciones que los acogen, y que acuden a nuestra iglesia española para que se digan misas por el eterno descanso de sus amigos y amigas fallecidos. Traen diversas imágenes: de santa Tarsicia, de la Santísima Trinidad… que colocamos a los pies del altar. Nada extraño, pues, para nosotros. Al parecer, entre las 400 immigrantes que se prostituyen, están las de los países de lengua española. Las de lengua inglesa, las de países africanos lo hacen en el Bois de Vincennes.

Un suceso que nos impactó sobremanera fue el asesinato de una joven peruana en el Bois de Boulogne, mientras ejercía la prostitución. Ya son tres los funerales celebrados en nuestra Misión de jóvenes asesinadas. Eso realmente nos conmovió. En cada uno de estos casos, unos días antes de la celebración, algunas responsables de la asociación vienen a reunirse conmigo para preparar el funeral: participaron haciendo las lecturas y algunos testimonios después de la comunión. La responsable de la asociación me dijo si sería posible «un lunes» acudir a la iglesia española para rezar y encontrar la paz. Les dije que sí, que incluso los sacerdotes nos comprometemos a dirigir este tiempo de oración. Me dijo: «Es aquí, en la iglesia, donde se nos respeta con nuestro verdadero nombre, sin ningún problema. Nos sentimos bien aquí». La mayor parte de estas personas, cuyo carnet de identidad dice que son varones, desean ser consideradas como mujeres…

Primera visita

A principios del mes de junio fuimos a dar una vuelta Adeline y Marie Agnès por el Bois de Boulogne. Sería por la noche, de las 9 a las 12. Antes recé y me mentalicé para esta nueva misión. Mis sentimientos eran de temor e incertidumbre. Encomendé al Corazón Inmaculado de María mi presencia durante las tres horas que pasamos con las prostitutas. La experiencia de Adeline y Marie Agnès, su conocimiento del terreno y de la gente, su «dominio» de la situación y su saber hacer, me tranquilizaron mucho desde este punto de vista. Estas voluntarias les hacían preguntas de forma natural: “¿Quieres un café, un te, con azúcar?… ¿Cómo te llamas… Este es el padre Carlos de la iglesia española, ¿conoces esta iglesia?
En esos momentos comencé a romper tímidamente mi silencio, interesándome por su país de origen. Y así durante unas tres horas. Humildemente tengo que confesar que hasta ese momento fui asistido de una fuerza y de una serenidad suficiente como para mirar a estas personas a la cara. Varias veces permanecí en silencio, sin decir nada. Sólo podía ofrecerles mi presencia, aunque pudiera resultar extraño para algunas de ellas… ¿Qué hace aquí un sacerdote? …

La baja temperatura de esa noche, después del granizo que cayó la noche anterior, mi gran imaginación (el hecho de haber dejado su país, su familia, sus hijos, las deudas, la vivienda),… A veces sólo veía «harapos» en forma de personas, a veces me decía «aquí hay una hija amada de Dios Padre, creada por amor y para amar». Llevaba conmigo algunas copias de un pequeño mensaje del papa Francisco, que afortunadamente no me atreví a distribuir. Una temperatura bajísima y todo lo que estaba viendo favoreció que se me formara un nudo en el estómago, y muy poco cortés regresé a casa, dejando que Adeline y Marie-Agnès terminaran esta misión. La primera experiencia no fue nada agradable. Además, la tournée en un periodo de confinamiento hacía que el encuentro fuera menos cómodo, ya que la furgoneta en la que vamos tiene unos asientos en los que poder entablar una conversación en torno a un café, pero estaba prohibido en ese tiempo. En cualquier caso, les agradecí de corazón su invitación como responsable de la comunidad hispanohablante en París, poniéndome a la disposición de “Aux captifs” en lo que pudiera ayudarles.

A partir de entonces comencé a hacer estas tournées con más asiduidad, la mayor parte de ellas a pie durante el mediodía (desde las dos hasta las cinco) y también algunas por la tarde (de seis a ocho).

Eucaristía participada

Actualmente tenemos una eucaristía mensual en nuestra iglesia. Ellas, “les filles”, como dice Adeline, participan en las lecturas y en los cantos, siendo para ellas un momento especial la oración de los fieles: cada una expresa su cercanía con el Señor a través de una petición.

Terminada la eucaristía nos juntamos para compartir una cena sencilla hecha por una de ellas. Es un momento muy importante también, aunque para mí no es el más cómodo y fácil. Ellas aprovechan para lavar su ropa en unas lavadoras y tomar una ducha si lo desean. Hace unos días compartimos la “Galette des Rois” –el roscón de reyes–. Todas tuvieron un regalo de los reyes magos. Organizaron una fiesta con bailes y canciones típicas de sus países. El ambiente fue mucho más distendido. Nos acompañó en la oración previa a la cena compartida, el párroco de la parroquia Saint-Honoré d’Eylau, muy cercada a nuestra Misión.

Antes de la Navidad nos dieron a todos los voluntarios un curso de formación sobre estas personas, caracterizadas todas ellas por un sufrimiento interior del que no nos podemos desentender los cristianos. Al principio me hacía muchas preguntas sobre el pasado y presente de estas chicas. ¿Serán ellas el sustento económico de sus hijos, de su familia? Hablando un día con Adeline me respondió con toda sencillez: “On n’est pas ici pour ça” (“No estamos aquí para eso”). Lección que intento cumplir a rajatabla.

Sufrimiento, depresión…

El sufrimiento se traduce en temporadas de profunda depresión, abuso de drogas y alcohol, por lo que los intentos de suicidio están a la vuelta de la esquina. Los especialistas no dejan de advertir que ciertas etiquetas o denominaciones ya están pasadas de moda, por ejemplo: ya no se debería hablar de trans-sexuales, tampoco de “trans-género”, sería mejor hablar de “trans-identidad”. El caso es que como grupo siguen siendo discriminados y nos hace falta un buen trabajo de sensibilización.
Termino citando a una mujer prostituta española: «Las personas que se esconden, las personas que tienen miedo, las personas que son estigmatizadas, las personas que no queremos ver o comprender, siempre serán las personas mas vulnerables».

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