«Los africanos vienen a España huyendo de la miseria»
A las nueve en punto de la mañana comenzamos la entrevista con Antonio, director nacional de Karibu. A poco más de las nueve y media, siete africanos le esperaban a la puerta de su despacho. A partir de ese momento, Antonio, y los volunatrios de Karibu, comienzan a poner en práctica uno de los principios básicos de su trabajo: defender a los inmigrantes irregulares o ilegales.
Karibu es una asociación de inmigrantes, nacida en el año 90 del pasado siglo, para atender a la inmigración africana subsahariana, a los ilegales, a los sin papeles, con un doble objetivo: la protección humanitaria y la ayuda a la integración.
Ventana Europea: En tiempos de crisis, ¿cómo se mantiene Karibu?
Antonio Díaz de Freijo: Pues sobre todo con el voluntariado. Hay que tener en cuenta que Karibu nació de unas cuantas congregaciones religiosas y de voluntarios. Actualmente, tenemos más de 200 voluntarios y tan solo cuatro contratados (que son africanos).
V.E.: ¿Qué demandan los inmigrantes, sobre todo ayuda económica?
A.D.F.: Evidentemente, porque tienen falta de recursos. Pero esencialmente lo que buscan es una protección humanitaria por situaciones de desprotección. Hay que tener en cuenta que los que vienen es porque en sus países hay problemas serios: guerras, violencia, mascares, genocidio, hambruna, dictaduras,… Por eso buscan protección.
V.E.: ¿Cuánta gente pasa por Karibu al año?
A.D.F.: La inmigración está relacionada con la situación de los países de origen. Entonces, esto hace cambiar el número de población que podamos atender nosotros, y también la procedencia de donde vienen. De todas maneras, nosotros estamos asistiendo a lunas 3.000 o 4.000 personas al año. En un momento fueron los que llegaban directamente y ahora, en este momento, sigue habiendo personas que llegan directamente, pero sobre todo vienen muchísimas más personas que hace diez o quince años llegaron a España y eran solicitantes de ayuda a la Asociación Karibu, y hoy vuelven porque siguen teniendo problemas en el paro, sin trabajo, no tienen medios para pagar la casa, tienen problemas para la formación de sus hijos; y ahora se une un tema nuevo: el de la asistencia sanitaria.
V.E.: Los que llegan ¿se integran, regresan?
A.D.F.: Integración definitiva no hay ninguna. La mayoría de la gente viene para mantener a la familia en sus países de origen y están enviando continuamente dinero, así que no les quedan aquí recursos suficientes para poder iniciar una integración en condiciones.
En cuanto al regreso, es prácticamente imposible. Ha habido algún caso puntual, pero cuando no se soluciona la situación de su país de origen es muy difícil que piensen en un retorno.
Además, hay que tener en cuenta que los que llegan aquí sueles ser los más fuertes y preparados de sus familias; si regresan, dejan de enviar dinero a sus familias y de ellos depende, en la mayoría de las ocasiones, mucha gente.
V.E.: ¿Cómo reaccionan cuando vienen buscando «El Dorado» y luego descubren que ni Dorado ni paraiso, ni nada de nada?
A.D.F.: El primer choque es cuando llegan y te dicen: «quiero trabajar» y les dices: «tú aquí no puedes trabajar, tienes que conocer la lengua, tienes que, al menos iniciar unos trámites, para tener papeles».
Pero la gran mayoría de la inmigración africana no viene buscando El Dorado, viene huyendo de una situación. Su perspectiva no está en venir a buscar El Dorado, sino en huir de la miseria. Entonces es el huir de la miseria, el buscar la posibilidad de dar una respuesta a su familia, a sus hijos, a sus padres, a su mujer, en su país de origen… Y para ello inician un camino que viene a durar tres años. Y después hay personas también que han huido porque se han quedado solos. La gente ha aparecido y desaparecido por la violencia, la guerra… “Estalló la guerra, nos marchamos, cada uno para un sitio…”, y hay algunos que no saben dónde está el resto de su familia.
No estamos de acuerdo nunca con el concepto de “efecto llamada”. Esa es una historia política, es decir, el efecto llamada para dar respuesta o para endurecer nuestras leyes. Es evidente que si hay facilidades vienen más, pero no vienen más porque haya un efecto llamada de El Dorado, no, vienen porque haya más posibilidades de entrar, sino porque en sus países no pueden vivir.
V.E.: Cambiando de asunto, ¿la retirada de la tarjeta sanitaria a los sin papeles es injusta, inmoral?
A.D.F.: Dicen que la retirada de la tarjeta es por razones económicas, pero según cuentan los expertos, como el director de hospitales de urgencias, es una aberración económica. El coste de la atención sanitaria en un centro de salud familiar, la visita puede estar entre 15 y 20 euros, mientras que en las urgencias de un hospital puede costar entre 120 y 200 euros. Por eso digo que, con esta medida, o desconocen la realidad económica de lo que cuesta la asistencia sanitaria, o bien, hay segundas intenciones, y esto es lo que nos preocupa en estos momentos, porque entramos en una situación de desprotección total del ser humano.
V.E.: ¿Puede haber problema de contagio si no se les atiende?
A.D.F.: No es verdad. La mayor parte de la inmigración africana sufre las enfermedades normales que todos los ciudadanos de este país sufrimos. Los que vienen no son portadores de enfermedades. Porque los que vienen son las personas más sanas que había en su país de origen. Lo que sí pasa es que la situación sociológica en la que se encuentra la población inmigrante son situaciones de pobreza, de extrema necesidad, de falta de atención, de una alimentación no adecuada, eso lleva consigo a que la gente coja enfermedades.
V.E.: Dicen desde el Ministerio de Sanidad que a todas estas personas las atiendan las ONGs…
A.D.F.: Nadie, en su sano juicio, ya sea individual u organización puede dedicarse a atender en nuestro país, a crear un gueto de asistencia sanitaria. La única vía que tenemos es la vía generalizada para todos. Efectivamente, hay ONGs que atienden a personas sin tarjeta, pero si un inmigrante tiene un problema serio le va a derivar al especialista y, entonces, ¿cómo accede a la sanidad pública si no tiene tarjeta?
V.E.: ¿Cómo atiende Karibu a los inmigrantes enfermos sin papeles?
A.D.F.: Lo venimos haciendo desde hace 20 años. Nosotros venimos atendiendo desde siempre el colectivo de la inmigración africana por carecer de asistencia pública sanitaria. Simplemente, con voluntarios, en locales cedidos, con búsqueda de medicamentos, como podemos. Y precisamente, en este momento, a nosotros se nos viene a denegar una pequeña ayuda, que recibíamos para la asistencia sanitaria. Simplemente porque “La Asociación Karibu persiste en su intención de atender ilegales”. Y por esa razón, se nos impide entrar en la convocatoria de subvención de asistencia sanitaria. Es decir, se nos deniega un posible acceso a una pequeña ayuda de asistencia sanitaria porque nuestra intención sigue siendo la de prestar atención sanitaria a aquellos que no tienen derecho a la asistencia sanitaria