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«Ventana Europea es un proyecto cargado de futuro»

«Ventana Europea es un proyecto cargado de futuro»

entrevista89-2127921La Red Acoge, Ventana Europea, el Centro Hispano-Paraguayo… y ahora presidenta de la Asociación Guaraní. En definitiva, varios años de juventud y madurez relacionados con el mundo de la migración. Nieves Arroyo ha estado, y está, muy vinculada con Ventana Europea. Cuando nos cuenta sus experiencias en y con la revista relucen unas chispitas en sus ojos.

Nieves ha sido una de las pocas mujeres que ha participado de forma periódica, tanto en sus colaboraciones como en la asistencia a las reuniones, con Ventana Europea. Siempre destacaba su alegría, su buena disposición y su amabilidad… además de su bien hacer.
Ventana Europea: La mayoría de tus trabajos han estado relacionados con las migraciones. ¿Qué te ha aportado este mundo del migrante?
Nieves Arroyo: Me parece un mundo muy enriquecedor por conceptos como el intercambio, el aprendizaje mutuo, la convivencia, el descubrimiento… Cuando una persona trabaja en este sector, llamémoslo así, llega a ser parte de él, llega a entender cómo puede conectar personal y emocionalmente incluso mejor con alguien nacido en otro país que con su vecino de escalera o con alguien que nació en la habitación contigua a la suya en el mismo hospital y el mismo día. Cierto es que hay personas que llegan a vivir esto sin necesidad de trabajar en el mundo de las migraciones, pero en mi caso concreto ha sido y es cada día una importante experiencia de crecimiento.
V.E.: ¿Cómo fue tu paso por Ventana Europea?
N. A.: No hablemos en pasado, por favor, que me gustaría creer que aún sigo siendo parte de Ventana Europea, aunque sea más esporádicamente.
Ventana Europea es un trocito de la aurícula derecha de mi corazón, es parte de las niñas de mis ojos, es un centímetro de mi talón de Aquiles, es una de mis debilidades más fuertes, es mi revista favorita, es un proyecto cargado de futuro, es un sueño que tenemos que agradecer a quienes se atrevieron a soñarlo y a ponerlo en práctica… Empecé a colaborar con Ventana Europea en 1996 de forma modesta, haciendo alguna cosilla, agradeciendo siempre a Julián del Olmo cada oportunidad y a Ramón Ajo cada comentario y cada crítica de mis textos. Con el tiempo fui haciendo más cosas y cuando Julián dejó la redacción de la revista, yo la asumí por un periodo de tres años. Supongo que es por esa etapa por la que me preguntas. De aquí no he querido olvidar nada porque todo me trae recuerdos buenos, felices y divertidos. La relación con los desinteresados redactores (que eran casi siempre los delegados de las misiones españolas), los viajes, las reuniones, las gatxapás y las peripecias que surgían hasta que se podía cerrar cada número merecerían un libro del estilo del famoso anecdotario médico Diga 33. Guardo un recuerdo entrañable de esa época. Siempre me sentí muy respetada y muy bien valorada, desde el principio. Tengo en mi más alta consideración a estos sacerdotes que desempeñan su tarea en estas misiones. Me parecen personas admirables, con un espíritu de entrega incalculable y difícilmente superable. Para mí fueron y son un ejemplo. Los recuerdo a todos con un afecto grandísimo y me encanta coincidir con ellos siempre que es posible.
V.E.: ¿Qué aprendiste de los emigrantes españoles en Europa?
N. A.: Más que aprender, admirar. Admiré siempre su coraje. Me parecían trabajadores incansables; gentes que sabían lo que querían; personas con las ideas muy claras y, a la vez, personas valientes. Tal vez parezca inapropiada la comparación pero no me voy a resistir a hacerla. Es como cuando uno ve a un hombre de campo y nota cómo su cara se ha curtido por el sol. Yo, cada vez que estaba con los emigrantes españoles en los países de Europa a los que viajábamos, notaba cómo eran gentes curtidas por una fuerza especial. Y esa fuerza se notaba en sus caras, en sus gestos, en sus maneras. Hace mucho que no reflexiono sobre esto, pero lo digo con sinceridad: los emigrantes españoles son, casi con toda seguridad, nuestros compatriotas más curtidos, más avezados, más fortalecidos en las adversidades.
V.E.: ¿Qué retos tienes como nueva presidenta de Guaraní?
N. A.: ¡Pufff! Muchos. No sé si me dará tiempo a concretar alguno… Creo que lo que toca hacer ahora por la Asociación Guaraní y desde la Asociación Guaraní es consolidar y potenciar la línea de trabajo iniciada. Esto, a la vez que intentar abrir otras nuevas vías.
Mientras seguimos trabajando por la integración de los inmigrantes en España, y más concretamente en la Comunidad de Madrid, es importante adentrarnos en el terreno de la cooperación. En breve contaremos con personas de confianza en Paraguay que han retornado, que han sido importantes para la asociación aquí en España y que ahora están ilusionadas por seguir siendo útiles a la misma en su país de origen.
Otro reto es ampliar y diversificar las vías de financiación para poder trabajar con cierta tranquilidad, aunque reconozco que el entorno económico que tenemos no permite ser muy optimistas en este sentido. Pero no hablemos de dinero, que, como dice la sabiduría popular: “Dios proveerá”.
Se trata de que la asociación crezca, siga mejorando en imagen y prestigio y cree mecanismos de estabilidad y de buen hacer. También es prioritario cuidar y mantener el excelente equipo de profesionales que trabajan en la asociación. Son muchas cosas, pero afortunadamente no estoy sola. Cuento con siete compañeros en la junta directiva y otros siete en el equipo profesional. ¡Números mágicos!
V.E.: Los paraguayos no son los más numerosos en España. ¿Qué tienen distinto al resto de latinoamericanos?
N. A.: No son los más numerosos, es cierto. Tal vez sea porque han empezado a emigrar más tarde que otras personas procedentes de ese continente.
Los paraguayos son especiales. Me encanta su sentido musical, su sentido artístico, su armonía… Esa lengua guaraní, tan apacible, tan serena, que es un tesoro y que ellos cuidan con mimo y practican siempre que pueden. La belleza de sus mujeres, el amor por su patria y por sus tradiciones… No sé. Tal vez no sea distinto a lo que sienten los demás, pero sí es cierto que ellos viven todo esto de una forma muy particular, casi siempre contagiosa.

 V.E.: ¿Qué actividades tiene la asociación en orden a la integración?
N. A.: Prácticamente, la razón de ser de la Asociación Guaraní es la integración de los inmigrantes. Por lo que todas sus actividades tienen como motivo principal o como telón de fondo esta meta. Es cierto que el proyecto estrella de Guaraní en este campo es la gestión del Centro de Integración y Participación Hispano Paraguayo, financiado por la Comunidad de Madrid. Desde que empezó el año, cada mes pasan por él cerca de 6.000 personas. Unas buscan trabajo; otras, asesoramiento jurídico; otras, actividades de ocio; otras, formación… Lo cierto es que casi todas encuentran en él personas que están dispuestas a ayudarlas y a acompañarlas en el espinoso camino de su experiencia migratoria, que en algunos casos también es un camino satisfactorio, afortunadamente. Y ese es el motor que nos impulsa.

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