Como en los "buenos tiempos"
Queridos lectores y amigos: allá por los años sesenta del pasado siglo, la emigración española a Europa comenzó a desbordarse. La falta de trabajo y «el hambre» impulsaban a nuestros compatriotas a cruzar los Pirineos (y también el Atlántico) para poder vivir mejor y, en algunos casos, para poder sobrevivir. Y allí estuvieron (y están) las Misiones Católicas de Lengua Española ayudando, acompañando humana y espiritualmente a todos los que podían y aceptaban esa ayuda. Como dicen que la historia es cíclica, vuelve a suceder lo mismo: la crisis en España está llevando a miles de nuestros jóvenes a buscar ese trabajo que les proporcione medios de vida y realización personal. Al llegar, la situación de muchos de ellos no es, ni mucho menos, buena. Desde aquí quiero animar a todas la misiones y a todos los misioneros a que abramos nuestro corazón, nuestras manos y nuestras misiones a todos estos jóvenes que están esperando de nosotros ese calor humano y esa ayuda que necesita todo aquel que sale de su patria intentando conseguir algo mejor para su vida.
Un abrazo para todos.