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La crisis, riqueza para unos pocos, pobreza para la mayoría

La Gran Recesión está cambian el modelo social que ha existido en los últimos tiempos en los países industrializados. Aunque la economía llegue a recuperarse, la situación anterior a 2008 cuando estalló la crisis no volverá a ser la misma. Se avecina una nueva época llena de incógnitas. De hecho, están pareciendo nuevas formas de exclusión así como la generalización de situaciones de frustración y de resignación por una parte y de indignación por otra. En algunos países, las “masas” se están echando a la calle (Francia, España, Inglaterra, Turquía, Brasil,…). Los recortes presupuestarios, en países como Grecia, Portugal, España… no solo afectan a la sanidad, educación y bienestar social sino que también repercute en la familia y en la convivencia social. El secretario general de Cáritas Española, Sebastián Mora, en la presentación el informe FOESSA (“Desigualdad y derechos sociales”) denunció que nos encontramos ante “una pobreza más extensa, intensa y crónica y resulta especialmente alarmante el incremento severo de la desigualdad social que nos muestra una sociedad fracturada, con el agravante de que la profundización de la desigualdad ha venido acompañada de una disminución de los recursos de protección social pública en su vertiente redistributiva y asistencial”. En España el porcentaje de hogares en los que todos sus miembros activos están sin trabajo ha aumentado del 2,5 por ciento al 10,6 por ciento. En términos absolutos, se ha pasado de 380.00 hogares en esta situación antes de la crisis a más de un 1.800.000 a finales de 2012.
La situación está llevando a la configuración de sociedades duales: una minoría con puestos de trabajo estables y bien remunerados y una mayoría que entra y sale del mercado en condiciones laborales y salariales muy precarias; grandes oportunidades de enriquecimiento para una minoría y fin de la igualdad de oportunidades para la mayoría. Con otras palabras: unos pocos ganadores y muchos perdedores.
Miguel Laparra, profesor de la Universidad Pública de Navarra y coordinador del informe “Crisis y fractura social en Europa”, asegura que “en la sociedad hay capacidad de respuesta y no es cierto que lo que está pasando sea inevitable y sin margen de maniobra desde la política y la economía”. Y propone “ganar puestos a nivel macro en la Unión Europea, reordenar el gasto disponible del Estado y las comunidades autónomas porque no podemos tener una atención social menos eficiente y reformar las relaciones laborales para lograr que los ajustes no signifiquen más destrucción de empleo y más empobrecimiento”.

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