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Medalla de honor a la Emigración

Medalla de honor a la Emigración

Tres importantes temas componen la crónica de Bruselas: la entrega de la Medalla de Honor, en su categoría de plata a la asociación Hispano-Belga de Bruselas por su encomiable trabajo a favor de la comunidad emigrante, a su destacada labor asistencial y a su innegable dedicación por acoger y ayudar a quienes lo necesiten. Por otra parte, el Servicio de Extranjería desea poder ejercer el derecho de entrar, sin autorización expresa de un juez, en una vivienda en búsqueda de inmigrantes ilegales, si estos no abren la puerta voluntariamente. Y, por último, damos noticia de que a partir del 2 de marzo de 2015, los extranjeros que quieran inscribirse en el registro de la población como residentes belgas, deberán pagar una cuota que puede alcanzar los 215 euros por persona.
 

 
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El pasado 4 de febrero, el director general de Migraciones, Aurelio Miras Portugal, hizo entrega de la Medalla de Honor, en su categoría de plata a la  Asociación Hispano-Belga de Bruselas, concedida por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social de España a dicha Asociación. Antes de la entrega de la medalla, el secretario general de la Consejería Laboral, Miguel de la Corte, leyó el documento oficial en el que se motiva el por qué de la recompensa en estos términos: “en atención y circunstancias que concurren en la Sociedad Hispano-Belga de Ayuda Mutua y en reconocimiento a su encomiable trabajo a favor de la comunidad emigrante, a su destacada labor asistencial y a su innegable dedicación por acoger y ayudar a quienes lo necesiten…”. A la hora de otorgar la medalla, el presidente de Hispano Belga, Pietro Fragapone, propuso que fuera María Luz Higuera, decana y responsable del grupo español de seniors, quien la recibiera de manos del director general.
El acto se celebró en la sede que ocupa la Hispano Belga en el barrio de San Gilles donde se reunieron cientos de personas. El secretario general de la Consejería de Empleo, Miguel de la Corte hizo entrega de la Medalla de Plata a la responsable de la entidad española, María José Cano, quien la recibió con gran emoción y en nombre de los socios y simpatizantes, agradeceiendo tal reconocimiento.
Además del director general, estuvieron presentes: la vice-cónsul de la Embajada de España en Bruselas, Rosario Bernal; el consejero de Empleo y Seguridad Social, Vicente Pérez Menayo y el ya citado secretario general de la Consejería Laboral.
Importante fue la presencia del presidente de Asuntos Sociales de la Región de Bruselas, Jean Spinette, quien vino acompañado de su consejero de Cohesión Social, Empleo y Urbanismo del Ayuntamiento de San Gilles (a la que pertenece la Asociación Hispano-Belga) y de otros representantes de dicho Ayuntamiento. El apoyo de los representantes belgas en éste acto es relevante en el sentido en que atestigua de la buena interacción entre la Asociación y los responsables belgas en la vida social y cultural de la ciudad de Bruselas, de la que Hispano-Belga es un partenaire activo.
Esta asociación, que festeja su medio siglo de dedicación y asistencia a los emigrantes, nació en 1964 con el impulso de Monserrat Pedrals (Sor Fabiola), religiosa de las Hijas de la Caridad. Lo que empezó siendo un punto de encuentro, ayuda y orientación a los primeros españoles que llegaban a Bélgica, ha evolucionado hasta convertirse en una asociación reconocida por las instancias oficiales, tanto españolas como belgas.
 
El Servicio de Extranjería quiere legalizar las redadas
La Liga de los Derechos Humanos y el CIRE (Coordinadora de servicios en defensa de refugiados y extranjeros), han tenido noticia de que el Servicio de Extranjería desea poder ejercer el derecho de entrar, sin autorización expresa de un juez, en una vivienda en búsqueda de inmigrantes ilegales, si estos no abren la puerta voluntariamente. Hasta ahora, solo un juez independiente podía otorgar una orden de búsqueda que permitía a la policía entrar en el domicilio de una persona. Si esta propuesta fuera aprobada, pondría en grave peligro el derecho de inviolabilidad del domicilio, como se prevé en el artículo 15 de la Constitución: “el domicilio es inviolable; ninguna visita domiciliaria puede llevarse a cabo fuera de los casos previstos por la ley y se hará en la forma prescrita por ella”.
La oficina de extranjería basa su petición en el hecho de que, según ella, ningún magistrado es compatible con este tipo de decisión y en lugar de preguntarse acerca de un posible mal funcionamiento de la justicia, propone modificar la ley de la función policial sobre este asunto de la peor manera. Porque, si éste deseo se cumpliera, ello podría anunciar nada menos que una legalización de las redadas.
Hay una necesidad urgente, tanto para el gobierno y la población a tomar conciencia de la grave regresión en los derechos fundamentales que representa este tipo de medidas.
Cómo no pensar en el poema de Martin Niemöller (1892-1984), comandante de un submarino durante la Primea Guerra Mundial y abierto opositor al régimen de Hitler. Encarcelado durante largos años, entró en profunda crisis personal y fue ordenado pastor de la iglesia evangélica en 1924:
 
Cuando vinieron por los judíos
No dije nada
Porque yo no era judío.
 
Cuando vinieron por los comunistas
No dije nada
Porque yo no era comunista.
Cuando vinieron por los sindicalistas
No dije nada
Porque yo no era sindicalista.
 
Y cuando vinieron a buscarme
No había nadie
para protestar…
 
 
LA SOLICITUD DE ESTANCIA, 125 EUROS 
A partir del 2 de marzo 2015, los extranjeros que quieran inscribirse en el registro de la población como residentes belgas, deberán pagar una cuota que puede alcanzar los 215 euros por persona. De lo contrario, su solicitud será considerada como no aceptable. Esta cuota cubrirá parte de los gastos administrativos de la oficina del Servicio de Extranjería.
Esta medida fue introducida por la ley–programa del 19 de diciembre de 2014 para apoyar a la Oficina de Extranjeros, cuya demanda de inscripciones aumenta constantemente, por eso ha decidido aplicarla inmediatamente y esto, independientemente de que la demanda se efectúe en Bélgica o en un puesto consular del extranjero. El beneficio de ésta medida se estima a  unos 9 millones de euros.
Así, en el caso de reagrupación familiar o de solicitudes de estancia de los estudiantes extranjeros, el precio es de 160 euros.
Están exentos:
– Los menores de 18 años.
–Los incapacitados (siempre que prueben que, debido a su discapacidad, son incapaces de satisfacer sus propias necesidades).
–Los ciudadanos de la Unión Europea y los miembros de sus familias.
–Los familiares de un refugiado.
–Los extranjeros que demandan una inscripción por razones medicales de urgencia.
Esta medida ha sido abundantemente criticada, pero la Secretaría de Estado se justifica diciendo que una tarifa comparable existe ya en otros países.
Su rápida puesta en aplicación ha pillado por sorpresa a los Ayuntamientos que son los que tienen que recibir las demandas de inscripción del extranjero. Y eso porque la tramitación es bastante laboriosa:
El pago solo puede ser efectuado mediante transferencia bancaria a la Oficina de Extranjería. (Y si éste no posee cuanta bancaria?) mediante un formulario bien específico (y un tanto complicado) que le darán en el Ayuntamiento. Una vez recibida la confirmación de pago, deberá añadirla a su demanda de inscripción para que ésta sea considerada válida.
En caso de que la cantidad pagada no sea suficiente, tendrá un plazo de 30 días para completarla. En caso contrario se le notificará una “decisión de inadmisibilidad de permanecer en el país” y la Oficina de Extranjería se queda con la cantidad ya pagada!
 
 

BREVEMENTE
Medalla de Oro a la Peña Andaluza de Vilvoorde (Bélgica)
 
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Con la presencia del director general de Migraciones, Aurelio Miras Portugal, el consejero de Empleo y Seguridad Social, Vicente Pérez Menayo, hizo entrega formal de la Medalla de Honor de la Emigración en su categoría de Oro a la Peña Andaluza de Vilvoorde (Bélgica) que el año pasado festejó el 50º aniversario de su creación. El galardón le fue concedido por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social “por su labor con la emigración andaluza y española desde su fundación en 1963”. Con este reconocimiento se ha querido rendir homenaje a uno de los centros pioneros de la colectividad española en el país belga. La llegada de los primeros españoles a Vilvoorde data del año 1921, cuando un pequeño grupo, compuesto por Alejandro Martín, Rafael Gálvez y Miguel Algaba llegaba desde Peñarroya Córdoba) para trabajar en una fábrica de la ciudad.
 

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