El Gobierno de Navarra le ha concedido la Cruz de Carlos III el Noble
El pasado 17 de marzo, la presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, impuso, entre otras personalidades, a Jose Antonio Arzoz, delegado nacional de las Misiones Catolicas de Lengua Española en Alemania y director de Ventana Europea, la Cruz de Carlos III el Noble, que reconoce la contribución de entidades y personalidades al progreso y prestigio de la Comunidad Foral.
La imposición tuvo lugar en una ceremonia celebrada en el Salón del Trono del Palacio de Navarra y contó con la presencia de las principales autoridades de Navarra y el arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez.
Fanfarrias y timbales interpretando los himnos de España y de Navarra precedieron a la intervención inicial de la presidenta Barcina, quien felicitó a los galardonados, de quienes destacó que constituyen “el mejor ejemplo humano que cabe para esta Navarra del siglo XXI”.
“Sois personas –dijo– que a lo largo de su trayectoria profesional o artística ha dado lo mejor de sí mismas, con entrega personal, con grandeza de espíritu, con entusiasmo por hacer bien su trabajo, por ayudar a los demás, por mantener día a día un ánimo de superación admirable”.
Refiriéndose a José Antonio Arzoz dijo que “ha sido distinguido por su trabajo pastoral, cultural y social hacia los emigrantes españoles en Alemania, país en el que a lo largo de 48 años ha impulsado iniciativas sociales, educativas y pastorales para facilitar su integración, “defendiendo los derechos humanos de los más débiles y promoviendo los valores democráticos”.
Tras su discurso se procedió a la entrega de las medallas. El primero en recibirlo, emocionado y satisfecho fue Arzoz. Lo agradeció con un discurso en el que tras describir la historia pasada y presente de las Misiones Católicas en Alemania dijo, entre otras cosas, que las misiones son el “fruto del esfuerzo de la Iglesia católica por acompañar al obrero emigrante en su nueva situación desde el principio.” Recalcó el interés en “resaltar la visión humana, cristiana y de futuro de la Iglesia alemana y española ante el reto de la emigración”. “El emigrante –dijo– traído y tratado como mano de obra para la industria, fue considerado y tratado como persona con derechos y deberes por la Iglesia católica desde el primer momento”. Por eso, “el trabajo de las Misiones ha sido además de pastoral, social, intercultural e interreligioso”. Para que se formen como cristianos adultos con “experiencia comunitaria de su fe y sean miembros activos de la comunidad y comprometidos con la sociedad en la que viven”.
Hizo un recorrido de los distintos directores nacionales y, también, habló de la fundación de la Academia Española de Formación para ofrecer actividades formativas a los adultos emigrantes.
El discurso se centró después, con modestia, en la actividad de Jose Antonio como Director Nacional desde 1990 y en el agradecimiento por la distinción de que fue objeto. Distinción que quiso compartir con los más de 1.000 misioneros navarros que siguiendo a Jesús de Nazaret tras las huellas de san Francisco Javier “quieren seguir anunciando la utopía de paz, justicia y libertad que entre todos debemos construir”.
Un gran aplauso suscribió sus palabras. Y tras la entrega de condecoraciones a las demás personas distinguidas se pasó a las fotografías de rigor junto con sus familiares y los numerosos amigos asistentes al acto (su familia, Hdez. Aristu, Torga, Sánchez de Muniain, Pinilla…).
El aperitivo posterior jalonado de jotas navarras y la comida familiar fueron el colofón a la entrega del premio al director de Ventana Europea. Todos los que hacemos la revista nos alegramos y nos sentimos ahora con más razón, más pequeños ante el reto que nos deja nuestro querido Jose Antonio. ¡Enhorabuena¡