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acoger a los mayores españoles y a los no españoles

Cuando entras por primera vez en la sede de Hispano-Belga en la Chaussée de Forest, sientes que el mundo de la migración, con sus incertidumbres y miedos, te rodean.
—María José Cano Alemán. Bruselas

En la acogida, distribuyen los casos según se refieran, entre los diferentes sectores que hoy en día componen la asociación: el servicio social, muy dinámico y que asesora para encontrar solución a los problemas con los que se encuentran los emigrantes, y ayudarles a que puedan vivir y trabajar dignamente; la escuela de deberes, que ayuda a los niños de las familias que emigran a integrarse en el sistema educativo belga; alfabetización y FLE (francés lengua extranjera), que forma a los adultos y adolescentes en la lengua del país, para que puedan conseguir un trabajo, o simplemente para que se relacionen con el entorno francófono; el centro de expresión y creatividad, sector que invita a participar a público, de diferentes edades y procedencias, en talleres culturales y creativos; educación permanente, con formaciones para la emancipación, autonomía e integración, con los programas oficiales para la obtención de la ciudadanía belga; el sector senior, compuesto por aquellos españoles que emigraron en los años sesenta y son un grupo muy compacto entre ellos, pero no tanto en el entorno belga y que sufren de gran soledad.

maletas de cartón

Este último grupo es, en realidad, el principio de todo. Sor Fabiola, hija de la Caridad de San Vicente de Paúl, fue la fundadora de Hispano-Belga a principios de los 60, el primer estatuto es de 1964. Entonces la sociedad estaba situada en la rue des Tanneurs, y acogía a trabajadores españoles y a sus familias que llegaban a la estación de Midi, puerta de entrada de los españoles en Bélgica. Sor Fabiola los reconocía por sus maletas de cartón y el miedo reflejado en sus caras. Se acercaba y les ofrecía ayuda, les conseguía trabajo, los acompañaba a leer y firmar los contratos, pues estaban naturalmente en francés, y les proporcionaba un lugar provisional para vivir hasta que encontrasen uno adecuado a sus necesidades familiares.

A finales de 1970, la Asociación se instala en Saint Gilles, que con el paso de los años ha evolucionado para adaptarse a las nuevas necesidades de los que continúan llegando. Se crean entonces los diferentes sectores que intentarán servir lo más eficazmente posible a niños, adolescentes, adultos y mayores.

el sector de los mayores

El servicio social está muy reconocido por las autoridades comunales y por los emigrantes que acuden con todo tipo de problemas, y no solo de carácter administrativo, con la crisis han aumentado considerablemente los casos de violencia y paro.

Es el sector de los mayores, los que mantienen la memoria histórica de los inicios de la asociación. Nació como sector en 1990 por iniciativa de Sor Magdalena, con el propósito de acoger a los mayores españoles y a los no españoles pero que hablan y lo comprenden.

ser más útiles

Hoy en día, tenemos bien claro las responsables, que no queremos que sea solo un lugar para pasar un día haciendo actividades, más o menos interesantes para el grupo y con el fin de cubrir las horas de apertura.

Para ser más útiles, estamos trabajando dentro de los servicios sociales de la comuna (cpas), dentro de lo que se llama Cohesión Social grupo tercera edad. Somos parte del órgano consultivo para el diseño y creación de los proyectos que se realizan, estamos así no solo influyendo en cómo llevar a cabo las medidas, sino promoviendo también algunas de ellas.

Gracias a este trabajo, en el año 2019 concedieron a Hispano-Belga la gestión de la ocupación de 15 apartamentos sociales para mayores, solos y de muy bajos recursos prioritariamente de origen español.

la coral

Las actividades que ofrecemos en la sala, los días de asistencia, son muy cambiantes, y va en función de las necesidades que detectamos en nuestros asistentes, clases de ortografía y comprensión lectora en español, francés, clases de ordenadores, ejercicios de memoria, gimnasia, relajación, marcha nórdica, aqua-gym… Y, sobre todo, la coral “Las Niñas de los Martes” (llamado así por ser el día de los ensayos), que nos ha permitido entrar de lleno en el mundo cultural belga y a integrarnos mejor. Así, por ejemplo, hemos participado y actuado en programas y cursos con el CBAI (Centro Bruselense de Acción intercultural), con el BOZAR y con los centros culturales de varias comunas.

Pero lo que nos da especial satisfacción es ir a cantar a las residencias de tercera edad, y compartir un rato de charla con los residentes; les da mucha alegría y a nosotras mucho más. Dar alegría es muy gratificante y da doble sentido a lo que hacemos.

Los objetivos de todas nuestras actividades son conseguir una mejor integración de lo que hasta ahora tenían, promover proyectos interculturales para conocer otras experiencias, que se diviertan con la cultura, pero, por encima de todo, que se sientan orgullosos de sí mismos y que aprovechen todas las oportunidades para seguir haciendo cosas nuevas. Verdaderamente, se atreven con todo lo que proponemos, pues tienen mucho coraje.

Durante la pandemia de la Covid-19 está siendo nuestra prioridad asistirlas para evitar la soledad y el decaimiento. Para ello, creamos una red de asistencia telefónica de las responsables con ellas y de ellas entre sí. Cada semana, las visitamos para charlar y animarlas, aconsejarlas y darles unas hojas con ejercicios de memoria, entretenimiento y lectura sobre pautas de rutinas diarias que conviene tener en casa.

Con estas actuaciones, hemos comprobado que se han creado unos lazos muy fuertes y un cariño especial, en boca de ellos mismos, una segunda familia. De esto es de lo que nos sentimos especialmente orgullosas.

exposición

Lo último que se preparó fue una exposición, del 14 al 21 de diciembre, con ocasión de la semana de la emigración, en la Secretaría de Estado de Migraciones (calle José Abascal 39, en Madrid), de nuestro trabajo “Reflexiones desde el balcón: cuando el tiempo no pasa”, que combina fotografías, con testimonios. Durante la primera ola de la pandemia, con el confinamiento, se las visitó, entrevistó y fotografió. Trabajo que se hizo conjuntamente con el taller de fotografía de la sociedad. El Ministerio en España conoció y alabó este proyecto llevado a cabo en el primer confinamiento y lo seleccionó para llevarlo a Madrid. Estamos muy reconocidas por esta distinción, y agradecidas a la Secretaria de Estado, Hana Jalloul, que conoció el proyecto en una visita a Bruselas en octubre pasado, y lo escogió para representar al emigrante. El grupo está muy orgulloso.

La historia de la Asociación Hispano-Belga no termina, seguirá mejorando, cambiando, adaptándose a lo que venga y con el objetivo bien claro de seguir al servicio de los que más lo necesiten.

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