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Demasiados refugiados

Demasiados refugiados

93eus-300x184-5417778De enero a septiembre delpasado 2012 se presentarpn en Suiza 22.110 peticiones de asilo, de las que un 15 por ciento fueron aprobadas en primera instancia. Esto supone que la población suiza está compuesta en 0,63 por ciento de refugiados, algo que no está demasiado bien visto por los políticos y buena parte de la opinión pública suiza. Esto, añadido a la falta de alojamientos para estas personas, ha endurecido la ley de asilo y en el próximo mes de junio será sometida a votación.

En un país como Suiza donde, casi todo, se somete a referendum y en el que muchas de las consultas no están exentas de polémica, el asunto de los refugiados no iba a ser menos.
EXPERIENCIA POSITIVA
Las posturas, como siempre, están enfrentadas. Detractores y defensores de la política de asilo. En el periódico digital swissinfo.ch, la periodista Veronica DeVore, narra la experiencia del pueblo de Wünnewil-Flamatt, en el cantón de Friburgo, donde despues de un año de actividad, el centro de acogida a refugiados va a cerrar sus puertas. “Algunas personas se forman una opinión antes de disponer de toda la información. Cuando surgió la idea de hospedar a los solicitantes de asilo pensamos en nuestra comuna: estas personas están aquí, asumamos el reto y tratemos de hacer lo mejor que esté en nuestras manos”, cuenta Doris Bucheli, presidenta del consejo municipal.
Y es que cuando empezaron a llegar refugiados por aquel entorno y la gente se enteró de que se iba a abrir un centro, muchos empezaron a pensar que iba a aumentar la inseguridad y otros problemas añadidos, pero la comunidad apoyó su creación y el proyecto se llevó a cabo.
Explica DeVore que trece meses han pasado desde que la comuna recibió en febrero de 2012 a cerca de 55 solicitantes de asilo que se hospedaron en el refugio subterráneo de la estación de bomberos. Y hoy las partes involucradas expresan que fue un éxito este esfuerzo y que no hubo un solo hecho que lamentar. Más aún, observaron muchos intercambios positivos entre los solicitantes de asilo y la gente local.
En el reportaje se van desgranando opiniones tanto de residentes en el pueblo como de refugiados para llegar a la conclusión de que en todos estos meses todo ha funcionado bien, salvo algún incidente aislado. Así, Tenzin, un refugiado tibetano, recuerda el apoyo de la gente de Wünnewil y su amabilidad y afectuosidad, mientras que Ross Bennie, habitante de este pueblo, recuerda que, al percatarse de que un grupo de jóvenes solicitantes de asilo admiraba su coche deportivo, les llevó a dar una vuelta en su vehículo. Según Bücherli, estos intercambios fueron posibles gracias a las sesiones informativas consagradas a sensibilizar y establecer una relación entre la población y los huéspedes temporales. Un equipo especializado se dedicó a escuchar y transmitir las preocupaciones de la comunidad. También este grupo organizó actividades como la de puertas abiertas del centro de acogida o recorridos en trineo con los solicitantes de asilo.
Entonces, si el proyecto de Wünnewil funcionó, ¿por qué no prolongarlo para evitar costes suplementarios y nuevas tensiones en otros pueblos? “Estaba claro desde el principio que el centro estaría abierto solo durante un año. Si bien hay pocas voces críticas, es demasiado arriesgado mantenerlo”, dice su director, Michel Jungo.
Michel Jungo admite que el refugio subterráneo no fue un espacio ideal, especialmente en invierno, cuando sus ocupantes no podían salir mucho afuera a causa del frío. No obstante, considera esencial que estos sitios estén a disposición de las comunas cuando los cantones les solicitan espacio suplementario para alojar a los solicitantes de asilo, como ocurrió en el caso en Wünnewil.
Para acelerar el proceso, la Oficina Federal de Migración intenta evitar transferir a un cierto número de solicitantes de asilo –aquellos que cuyos casos se tipifican en el Acuerdo de Dublín y que difícilmente serán admitidos como refugiados en Suiza– a los centros de acogida cantonales.
En ese sentido, la Confederación evalúa la posibilidad de abrir nuevos centros para este tipo de solicitantes en los viejos cuarteles del ejército dispersos en las montañas. En el Paso de Lukmanier, por ejemplo, situado entre los cantones de los Grisones y el Tesino, será abierto en mayo próximo un centro con capacidad para cien personas.
VOCES CRÍTICAS
“Debemos esperar que el proyecto se consolide y confiamos que creará oportunidades de intercambio con los miembros de la comuna, un modo de evitar prejuicios y fomentar las relaciones”, explica Peter Binz, presidente municipal de Medel, en el cantón de los Grisones, una comuna vecina a este futuro centro en el Paso de Lukmanier.
Pero a 15 kilómetros de este centro nuevo, en el cantón del Tesino, la comuna de Blenio se muestra menos entusiasta. Sus habitantes temen un efecto negativo para el turismo local, una de las principales fuentes de ingresos de la región.
El secretario comunal de Blenio, Loris Beretta, expresó que “alojar a estos solicitantes de asilo en un paso alpino a 1926 metros de altitud, en una situación climática difícil, no será oportuno”.
Pero el centro será abierto, pese a las críticas. No obstante, un grupo de trabajo con representantes de las comunas de Medel, la vecina Disentis y Blenio se conformará para tener una voz en el desarrollo del proyecto.
“Sentar a todas las partes implicadas en la mesa es fundamental para conocer la disposición de la comunidad y fomentar su cooperación con las autoridades en la consecución del proyecto sin tardanza, como en el caso de Wünnewil-Flamatt”, opina Bucheli, satisfecha de lo logrado en su comuna friburguesa.
NUEVOS CENTROS
Así las cosas, la Oficina Federal de Migración indica que es tal la necesidad de alojamiento para los solicitantes de asilo que se prevé construir centros más grandes para responder a sus necesidades, aun cuando las “medidas de ayuda de emergencia”, establecidas en otoño de 2012, pueden ser abolidas en la votación de junio próximo.
Los nuevos centros buscarán dar alojamiento a centenas de solicitantes de asilo y cubrir sus necesidades esenciales, por ejemplo traductores y abogados para acelerar el proceso de decisión sobre cada caso. Se proyecta que el primer centro de este tipo se encuentre en Zúrich y tenga capacidad para 500 personas. Las autoridades federales podrían construir estos centros sin el acuerdo formal de los cantones concernidos.
Otras “medidas de emergencia”, que los ciudadanos suizos votarán en junio:
-La creación de centros especiales de detención para los solicitantes de asilo difíciles.
-Los demandantes de asilo no podrán presentar su solicitud ante las embajadas de Suiza en el extranjero.
-Los objetores de conciencia y los desertores no serán aceptados automáticamente.

BREVEMENTE

Cursillo de formación en Zürich
La Misión organiza, cada año, un fin de semana de formación, abierto a toda la comunidad cristiana. En esta ocasión, las enseñanzas han corrido a cargo de Gonzalo Díez, claretiano que reside en Madrid (profesor del Instituto Vida Religiosa y director de la revista Vida Religiosa).
Más de 40 personas han participado en esta edición desarrollada en los locales de la Misión en la mañana y tarde del sábado y en la mañana del domingo. Con la celebración de la Eucaristía en la Iglesia de S. Pedro y S. Pablo de Zürich se concluyó el encuentro.
En este Año de la fe, la pregunta es cómo ser hoy comunidades que vivan y testimonien la Buena Noticia de la salvación. El padre Gonzalo ofreció claves para entender el momento que vivimos, pistas para internar hacer nuestra vida y nuestro testimonio más creíble. Y lo hizo con cercanía, desde la experiencia, con lucidez.
Nos quedan en la memoria algunas afirmaciones que resumen las sesiones de trabajo, la exposición de Gonzalo y los diálogos entre los participantes: “Vivir la experiencia de la fe como gracia que nos permite amar la realidad, no como un refugio heredado al que recurrimos cuando no entendemos el presente”. “Conocer la historia para superarla es para nosotros una invitación a superar la confrontación y aquello que condiciona la comunión”. “La gran tarea espiritual: renovar la fidelidad, trabajar la fecundidad y cuidar la felicidad”. “Nuestra sociedad no necesita grandes relatos, sino pequeñas experienciasde vida transformada por el Espíritu”.

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