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Está permitido ayudar a migrantes indocumentados

Hace años que venimos diciendo que en la vieja Europa no corren buenos vientos para los migrantes (o quizás, nunca). Cuando parecía que la boyante economía europea nos instalaba en los estados del bienestar, la Unión Europea, en la que sobraba tanto que hasta los migrantes tenían derecho a todo, entra en crisis y comienza a salir a la luz esa xenofobia que nunca ha llegado a desaparecer. Esos vagos del sur que se queden en sus casas y que se laman allí sus heridas. Los partidos xenófobos entran en acción y los migrantes se echan a temblar. Pero como la sociedad no la componen solo los partidos políticos, surgen las asociaciones , las Iglesias, y otros movimientos que intentan poner coto a estos “desmanes”.

En los Países bajos no hemos llegado a conclusiones profundas, partiendo de principios filosóficos, bíblicos o jurídicos. Si ahora hablamos de “indocumentados” usamos este término por motivos no cualificativos sino prácticos, buscando una solución para el fenómeno de que cada día hay más personas en la sociedad que buscan pero no consiguen el documento de residente. Y ni con este nivel práctico se ha llegado a muchas soluciones. Pero desde hace un par de meses en Holanda está permitido ayudar a migrantes indocumentados con “la triple b”: Bad, Bed, Brood, lo que quiere decir que ayudarles en materia de salud, techo y alimentación está permitido. Mucho ruido y pocas nueces. Pero quizás tanto lo de mucho ruido como lo de pocas nueces resulte interesante para otras sociedades. Puede animar.
A NIVEL DE GOBIERNO
Al formar el gobierno actual –una coalición de demócratas liberales y social demócratas– los dos partidos primero apalabraron prohibir esa triple B por ley y castigar por pena al infractor. Sobre todo los liberales defendían esto, sugiriendo que los migrantes sin permiso serian victimas de trato de personas, caerían en la prostitución o terminarían en la criminalidad. También algunos procuradores de otros partidos opinaban que además era necesario proteger a los migrantes contra la explotación; unos decían que sería efectiva una política de disuasión; los migrantes sin documentos se asustarían con una política orientada a desanimar a emigrar a Holanda y ya no llegarían. Y entre tanto, cuanto más claras quedaban las opiniones y propuestas de políticos y autoridades, tanto más crecieron los movimientos de oposición dedicándose a analizar lo que se escuchaba.
SINDICATOS, ABOGADOS Y MOVIMIENTOS DE SOLIDARIDAD
Existe xenofobia en Holanda, y hay migrantes con documentos que sufren de angustia, pero los mismos documentados saben que hay también acogida y defensa de la movilidad humana de los indocumentados. Los documentados ven cómo los indocumentados –a veces con la ayuda de los ocupas– encuentran refugio tras refugio en pisos, templos y todo tipo de inmuebles y que los vecinos del barrio recaudan comida y ropa espontáneamente. También son testigos de ayudas a otro nivel, por parte de sindicatos, abogados especialistas y movimientos de activistas que cuentan con muchos jóvenes. Y esos grupos y organizaciones a veces gritan pidiendo principios éticos. Pero también ellos van más bien a lo práctico. Se dedican a analizar las medidas de las autoridades y las conclusiones de políticos, explicando que una política de disuasión es contraproducente y que debe de haber una política de pro–inmigración; que la explotación de los indocumentados resulta más fácil si estos mismos no se atreven a denunciar lo que les pasa y por lo tanto lo pasan peor. Y en medio de esas actuaciones prácticas llama la atención la Iglesia protestante en Holanda, la PKN, por acudir a principios fundamentales.
LA CONFERENCIA DE LAS IGLESIAS EUROPEAS
En nombre de la PKN la CEC hizo en 2013 una denuncia contra el Estado de los Países Bajos basándose en el Manifiesto Social de la ECSR, la Comisión Europea de los Derechos Sociales. La portavoz de la PKN, Geesje Werkman, explicó que una Iglesia no solo debe practicar la misericordia sino también aspirar a la justicia. Este año, la demanda en la PKN ha sido admitida, y eso con una observación interesante: tanto a nivel nacional como a nivel municipal un estado en la Unión Europea es responsable de los indocumentados durante su estancia. Así que las autoridades nacionales y/o locales deben de ocuparse de la triple B. El secretario de estado del ministerio de justicia no tardó en declarar que la admisión en el ECSR y su observancia no pueden ser consideradas como una legislación obligatoria. Y así será. Pero el gobierno de coalición ya retiró su propuesta de penalización. ¡Hay perspectiva!
CON PACIENCIA Y UNA CAÑA
Las organizaciones y acciones de solidaridad con la movilidad humana en Holanda siguen con lo práctico pero el infrascrito no es el único holandés que se ilusiona con perspectivas a base de principios. Ya creo menos en el poeta romano Horacio que dijo “paren los montes, nacerá un ridículo ratón”. También dentro de la Unión Europea resulta que la unión hace la fuerza, hasta en la pastoral de las migraciones. Por de pronto no quiero sugerir detalles. Animémonos

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