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Haciendo un mundo mejor (Con Lampedusa, Arizona y El Estrecho)

Durante los días 5 al 7 de junio de 2014 se han celebrado en El Escorial, Madrid, las Jornadas Nacionales de Delegados y Agentes de Pastoral de Migraciones, convocadas por la Comisión Episcopal de Migraciones, que este año llevaban por título “Ha 100 do un mundo mejor”, en consonancia con el que ha sido el lema de la Jornada de Migraciones de este año.

 

Las Jornadas han estado presididas por el obispo de Albacete, Ciriaco Benavente, presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones, a quien acompañaban Juan Antonio Martínez, obispo auxiliar de Oviedo, y José Sánchez, obispo emérito, ambos pertenecientes a la Comisión Episcopal de Migraciones.
Las jornadas se abrieron con el Informe del Departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal a cargo de Ciriaco Benavente, presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones y el director de este secretariado, Jose Luis Pinilla.
En su primer día Fabio Baggio, director del SIMI de Roma y anterior delegado de Migraciones de la diócesis de Buenos Aires con el cardenal Bergoglio, presentó una ponencia sobre los “100 Años de la Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado”. Posteriormente tuvo una tertulia informal sobre sus años de convivencia con Bergoglio trabajando con inmigrantes Su ponencia y sus experiencias merecerían un libro entero. Me quedo con una frase retenida ya para siempre en mi corazón: “Lo que más me impresionaba, decía, es la forma fuerte, fuerte, que el papa Francisco tiene de dar abrazos. Prietos, intensos abrazos, a los emigrantes, a los pobres, a los sacerdotes…”.
Las jornadas continuaron, el siguiente día, con las ponencias de Paco Aperador, de Cáritas Española, quien habló sobre “Realidad migratoria actual, retos y desafíos”. Desgranó las claves para la búsqueda de lucidez en este tema a partir de la realidad española, cuyos datos hablan de un descenso de la población española en un 0,29 por ciento, un número de inmigrantes empadronados reducido en un 3,31 por ciento y con 11,7 por ciento del total de la población del país. Respecto a los datos de acceso de forma irregular por la frontera sur son solo el 15 por ciento del total, con más recortes en derechos y dificultades en el acceso a los que sí le son reconocidos. La mirada de la Iglesia desde los derechos humanos supone “Migrar con dignidad” que integra una serie de indicadores o confluencia de derechos (libertad de tránsito, búsqueda de desarrollo personal y familiar. Y acceso al conjunto de derechos que permitan una vida digna sin ser sujeto de discriminación por la condición de migrante). Porque “la condición de irregularidad legal no permite menoscabar la dignidad del emigrante, el cual tiene derechos inalienables que no pueden violarse ni desconocerse” según Juan Pablo II y otros numerosos documentos pontificios. Todo ello exige un reconocimiento mutuo ( entre personas migrantes y autóctonas lo que supone un empoderamiento para los que llegan lo implica su presencia integrada, la interlocución válida y el procurar avalar un sentimiento profundo de reconocimiento de las capacidades de todos. Posteriormente, Fernando Fuentes, director del Secretariado de Pastoral Social, se encargó de subrayar la necesidad de formación en estos principios básicos de doctrina social de la Iglesia
LOS PASOS FRONTERIZOS
Por la tarde, tuvo lugar una experiencia muy interesante de intervención directa y simultánea desde tres lugares diferentes sobre “Los pasos fronterizos más dramáticos de la inmigración en el mundo”: “El paso de Arizona” en EEUU, “El paso de Lampedusa”, en Italia y “El paso del Estrecho”, en la diócesis de Cádiz y Ceuta. A través del sistema Skype y de la proyección sobre una gran pantalla pudieron intervenir y exponer sus diferentes experiencias Mimmo Zambitto, párroco en Lampedusa, que hablaba desde Italia, Sean Carroll, sacerdote jesuita que trabajaba con los emigrantes en el paso de Arizona y que intervenía desde EE.UU. y Gabriel Delgado, director del Secretariado de Migraciones de Cádiz y Ceuta, que expuso la experiencia y el trabajo de la Iglesia entre las dos orillas del Estrecho de Gibraltar y que intervino desde la misma sala de la residencia de El Escorial, en que se celebraban las Jornadas Nacionales de Migraciones. Resultó una experiencia muy impactante, ya que era la primera vez que se utilizaba en un foro de este tipo. Mimmo Zambito resaltó la ineficacia europea en la resolución del problema de la isla, Sean la importancia del acompañamiento personal y colectivo en el paso de fronteras entre Méjico y EE.UU. y Gabriel Delgado la crudeza que se vive en el estrecho, las denuncias eclesiales ante la falta de hospitalidad y el permanente cuidado y testimonio de puente entre las dos orillas que hace la Iglesia en España
EXPERIENCIAS MIGRATORIAS
La iluminación reflexiva dio paso a un montón de experiencias migratoria en todas la partes de España expuestas por los agentes y protagonistas que las realizan
Fue muy interesante el diálogo cruzado entre Emilio Ciriano, estrecho colaborador de Ventana Europea, Débora Avila, profesora universidad autónoma Madrid, Haydée Cueva de la Comunidad de vida cristiana (Cvx), y Serigne Mbaye de la Asociación “Sin papeles” que cruzaron sus respuestas ante preguntas como estas: ¿Hasta cuándo se es migrante?, ¿Qué papel juega Europa en nuestros proyectos migratorios?, ¿Existen segundas y terceras generaciones? Y ¿Cómo abordar la interculturalidad como fuente de espiritualidad?
Tras un recorrido por El Escorial siguieron las experiencias diocesanas y testimonios: (parroquia rural multicultural de Salas de los Infantes, la parroquia urbana multicultural de Lleida, la experiencia de la peregrinación entre dos orillas expuesta por la diócesis de San Sebastián y los testimonios personales de inmigrantes (Abdoul Kader y Betty Quishpe).
EL ÚLTIMO DÍA
El último día de las Jornadas tuvimos una ponencia sobre “Las migraciones y la nueva evangelización”, impartida por José Manuel Aparicio Malo, profesor de la Universidad Pontificia Comillas que supuso una brillante y sugerente exposición sobre las coordenadas pastorales que pueden extraerse del magisterio contemporáneo de Juan Pablo II, Benedicto XVI y el actual Papa, Francisco.
Tras ello se compartió un espacio abierto de presentación de proyectos y experiencias donde se dio cabida al testimonio de los 100 años de la emigración española en París expuesto por nuestro corresponsal en París, Carlos Tobes, el proyecto del grupo Intereclesial sobre Trata (que se expone en otro lugar de este número) así como el proyecto “Laetare” de Huelva que ha traducido la experiencia de las Hermandades andaluzas en proyectos de integración migratoria.
La eucaristía de clausura muy viva y participada, acompañada por el coro de emigrantes de Huelva fue presidida por el obispo auxiliar de Oviedo, José Antonio Menéndez quien alzó la voz afirmando que “para Dios no hay vallas ni fronteras”.

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