
Juan Manuel Santiago Pablos, Santi, 50 años cerca del altar

Domingo tras domingo, celebración tras celebración, ha ido tomando forma una convicción firme dentro de mí. Es esta: ¡qué bien nos hacen las personas de alma elegante! Juan Manuel Santiago Pablos (conocido por todos como Santi) es una de ellas. Este vasco, formado en los Jesuitas, lleva ejerciendo de forma altruista como sacristán para la Comunidad de la Misión un montón de años: cincuenta. Sumamente respetuoso, creyente convencido, sabe por experiencia cómo se va construyendo una Comunidad al servicio de los emigrantes.
Ahora, Santi, deja la primera línea y pasa a retaguardia. En la iglesia de S. Pedro y S. Pablo de Zúrich (donde prestaba últimamente su servicio de sacristán) hemos querido expresarle nuestra cercanía, gratitud y cariño. Ha sido un detalle sencillo y familiar, por sorpresa. A este reconocimiento ha querido sumarse también el Vicario General y el Delegado Episcopal para la pastoral con los emigrantes que enviaron un sentido mensaje de gratitud.
¡Gracias, Santi! Sabemos que sigues ahí, que podemos seguir contando contigo. No dejes nunca esa limpia sonrisa, esa fe profunda, ese trato amable. Nos hace mucho bien.
Alguien me dijo no hace mucho: “cuando obras como sientes que Dios te pide, pase lo que pase, uno es feliz”. Así es en tantas hermanas y hermanos de esta gran Comunidad cristiana que es la Misión Católica de Lengua Española de Zúrich.