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Medio siglo de cambios

Medio siglo de cambios

ens92-300x184-6248928El pasado 2 de diciembre, en San Nicolás, tuvo lugar la misa de clausura del 50 aniversario de la Misión de Misión de Bienne (Biel), a la que asistieron autoridades religiosas y eclesiásticas. Después se ofreció una comida de forma gratuita a toda la comunidad. Y, de postre, se pudo disfrutar de distintas actuaciones y bailes folklóricos.

La vida en la Misión de Bienn (Biel), desde el inicio de su actividad hace 50 años, ha sufrido muchos cambios, como le ha ocurrido al resto de la sociedad.
Hace 50 años tuvo lugar también algo que cambió la faz de la Iglesia: el 11 de octubre de 1962 daba comienzo el concilio Vaticano II. En estos años se pasó de cura con sotana al que va vestido de seglar, de las misas y las celebraciones sacramentales en latín y de espaldas al pueblo a las lenguas autóctonas y a celebrar la Eucaristía de cara a los fieles, del cura «encerrado» al que sale a todos los sitios.
En la sociedad española se pasó de la época franquista a la democracia, con todo lo que ha supuesto esto. De la cultura fundamentalmente agrícola a una industrial y de servicios. Y de la mentalidad campesina a la mentalidad urbana.
En la emigración se pasó de aquellos primeros emigrantes españoles, fundamentalmente gallegos, temporeros que vivían en barracas y que debieron dejar allí a sus familias para buscar nuevos horizontes, a los españoles de hoy, mayormente ya instalados y con empleo aquí, que han asimilado costumbres y usos de esta tierra, aunque no hayan perdido sus raíces españolas. Que ya hablan o, al menos chapurrean, alguno de los idiomas de Suiza y que ya tienen hijos que han nacido aquí. De aquellos que vinieron con cara de «asustados» a los que hoy piensan en volver o ya han vuelto o a los que han decidido quedarse a vivir su vejez aquí.
Hemos pasado de los que necesitaban centros españoles o gallegos, que fueron el refugio de los primeros, el lugar en el que encontraban un rincón de su patria en el que poder refugiarse cuando nadie los entendía a los españoles de hoy que se mueven con facilidad por toda la geografía suiza y que se hacen entender por todos.
Y hemos pasado de ser la «Mision Católica Española» a ser la « Misión Católica de Lengua Española» en la que también están incluidos los hispanohablantes del mundo entero. Nuestro mundo se ha abierto mucho más y nuestra casa tiene capacidad para todos los hispanófonos que, como nosotros en otros tiempos, han tenido que emigrar y están viviendo algunas de las primeras etapas que nos tocó vivir a nosotros.
El mundo ha cambiado y nuestra misión ha asistido a todos esos cambios. Por eso ahora hemos celebrado estos cincuenta años con alegría, y esperanza, mirando hacia atrás para no olvidar, pero con otra mirada puesta en el futuro en ese adelante que tenemos y que esperamos poder seguir viviendo y compartiendo con todos lo fieles, a razón de ser de la Misión.
UNA MISIÓN CON VIDA
Pero la Misión no es solo nostalgia. Tiene vida y lo manifiesta en todas las actividades que se celebran en ella, desde las misas a juntarse las señoras a tomar un café.
La misa en castellano en Biel se celebra todos los domingos en la iglesia de San Nicolás, así como en Grenchen, mientras que en Solothurn, es los primeros y terceros sábados en la capilla del antiguo hospital.
Además, la Misión tiene un Consejo de Misión, compuesto por nueve personas y en él se planifica, reflexiona y se toman decisiones relativas a la vida de la Misión. Es también puente administrativo entre la Misión y la Administración parroquial suiza. Se reune 5 o 6 veces al año.
También está el coro de la Misión, que ensaya todos los viernes.
Cursos de alemán, en los que existen dos niveles: para principiantes y avanzados. Los cursos son gratuitos y dan comienzo una vez por año. Todos los viernes.
Los cursos de francés tienen lugar todos los sábados. Como en los de alemán, existen dos niveles: el de principiantes y el de avanzados. Los cursos dan comienzo una vez al año.
En el grupo de biblia se reune todos los miércoles con el misionero para estudiar el libro sagrado.
Las señoras de los lunes es un grupo que se reunen los primeros y terceros lunes de cada mes con el fin de pasar un rato juntas y tomar un café.
Y, también, el grupo de lectores, que se han comprometido para hacer las lecturas en las celebraciones religiosas. Se reunen aproximadamente cada dos meses.
En defintiva, una serie de actividades que dan noticia de que la Misión de Bienn (Biel) sigue viva.

Los jóvenes sin papeles podrán estudiar formación profesional

El gobierno suizo (respondiendo a una moción del diputado demócrata cristiano Luc Barthassat, que aspiraba a eliminar las desigualdades entre los jóvenes aprendices y estudiantes en situación irregular, que hoy ya tienen acceso a los bachilleratos y las escuelas universitarias), ha aprobado que a partir de 1 de febrero de 2103, los jóvenes en situación irregular en Suiza podrán cursar una formación profesional, si cumplen una serie de condiciones. A esta medida se oponían los partidos de la derecha y los círculos empresariales.
Los jóvenes sin papeles tendrán que estar integrados en la sociedad helvética, es decir, dominar una de las lenguas nacionales y respetar las leyes vigentes.
Otro requisito es haber cursado mínimo cinco años –sin interrupción– de la escolaridad obligatoria (9 años) en Suiza o formaciones transitorias, como el denominado décimo año.
Una vez concluida la enseñanza obligatoria, los jóvenes dispondrán de un plazo de doce meses para solicitar un permiso de estancia durante el periodo que dure su formación, para lo que tendrán que acreditar su identidad.
El permiso de estancia podrá prolongarse al término del aprendizaje. Los padres y hermanos del joven en formación también tendrán derecho a solicitar el permiso, pero no será habrá una decisión sistemática en este aspecto, sino que se analizará la situación familiar en cada caso específico.
No se trata de regular la situación de los sin papeles, ni tampoco de un derecho, sino simplemente de un caso excepcional. La decisión de conceder un permiso de estancia es competencia de los cantones en acuerdo con la Oficina Federal de Migración. No se puede descartar que las autoridades cantonales nieguen el permiso a un joven sin papeles que cumpla todos los requisitos.

BREVEMENTE
Crece la población de extranjeros en Suiza
Con relación al mismo período del 2011, la cantidad de extranjeros ha experimentado un aumento del 3 por ciento. A finales de agosto ascendía a 1.804.551, lo que supone que la población de origen extranjero que vivía en Suiza representaba el 22,7% de la población total.
La llegada de extranjeros a Suiza, en el último año, ha crecido particularmente con ciudadanos provenientes desde la Unión Europea y de los países que forman parte de Asociación Europea de Libre Comercio (46.949).
Zürich es mayoritariamente católica
Según la encuesta de la población de la ciudad de Zurich en 2010 ya es oficial que en Zürich, la ciudad de Zwinglio, viven más católicos que reformados. Un tercio de la ciudad de Zürich son católicos romanos. En contraste, solo una cuarta parte es Evangélica Reformada. Pero no siempre fue así, ya que a mediados del siglo XIX, la ciudad de Zürich estaba firmemente en manos de los protestantes. Otras religiones eran toleradas en el mejor de los casos. Sin embargo, con la inmigración de los cantones católicos de Suiza central y el Ticino y del sur de Europa se ha incrementado la proporción de católicos masivamente.
Homenaje a las Brigadas Internacionales
Zúrich rinde homenaje a los suizos que combatieron en las Brigadas Internacionales durante la Guerra Civil española. Una placa recuerda, desde primeros del mes de noviembre, su entrega a la causa de la libertad en el centro de la ciudad. En un acto al que asistieron numerosas personalidades de la vida política y social, se descubrió la placa en memoria de los 800 hombres y mujeres, de los cuales 200 perdieron sus vidas luchando por la democracia en tierras españolas.
Durante la Guerra Civil española, muchos suizos partieron a integrarse en el Batallón Chapayev, en el que lucharon integrados en una tropa que incluía hasta 21 nacionalidades. Al mismo tiempo, en la retaguardia, desde Suiza se tejían mantas y se recolectaba ropa para ayudar a la lejana España.
“Esos hombres y mujeres nos dejaron una herencia de solidaridad a las generaciones que vinimos después”, explica el diseñador y grafista suizo Bruno Kammerer autor de la placa, realizada en aluminio e implantaciones cerámicas con los colores de la bandera republicana (rojo, amarillo, morado); el texto recuerda a los 800 suizos de las Brigadas Internacionales.

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