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“Phoney war” en Europa. Cuando la historia rima

En el Reino Unido se denomina “Phoney war” –literalmente hablando “guerra de broma” o como se diría en nuestros días “guerra fake”– el periodo de ocho meses transcurrido entre la invasión de Polonia por parte del ejército alemán -con la subsiguiente declaración de guerra a la Alemania nazi el 3 de septiembre de 1939-, y la invasión por parte de ésta de Francia y los Países Bajos en mayo de 1940. Unos meses en que la II Guerra Mundial estuvo focalizada en el Este de Europa mientras que desde el resto del continente se observaba lo que allí sucedía con una cierta inquietud por parte de sus gobiernos y con despreocupación por parte de su ciudadanía, que no sentía alterada sus rutinas y seguía planificando su futuro ante un conflicto que se percibía demasiado lejano…

Diez años y muchos millones de muertos después en París se intentaba conjurar para siempre el que pudiera suceder otra barbarie como la II Guerra Mundial y así, el 10 de diciembre de 1948, en el Palacio Chaillot, la Asamblea General de las Naciones Unidas promulgaba la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en cuyo Preámbulo se hacía referencia a cómo el desconocimiento y el menosprecio de estos derechos habían originado actos de barbarie ultrajantes contra la conciencia de la Humanidad y se animaba a ciudadanos e instituciones a leerla y transmitirla.

Tan sólo seis meses después, el 5 de mayo de 1949 diez países de la Europa Occidental se reunían para crear el Consejo de Europa, cuyo objetivo era promover la democracia y proteger los Derechos Humanos . Un año y cuatro días más tarde, el 9 de mayo de 1950, el presidente francés Robert Schumann realizaba una declaración en la que abogaba por el establecimiento de una estructura de cooperación económica entre países que habían sido enemigos en el conflicto bélico a fin de consolidar una paz duradera en Europa. Era el comienzo de la Comunidad Económica Europea, hoy Unión Europea.

Una mirada a la historia del continente europeo en los últimos setenta y cinco años permite reconocer importantes luces pero también numerosas sombras. Entre las primeras, indudablemente, La consolidación de la Unión Europea como actor económico pero también político a nivel mundial o el magnífico papel desarrollado por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en la defensa de la dignidad y los derechos de las personas.

Entre las sombras se encuentran La guerra en la Ex Yugoslavia, la segunda guerra ruso-chechena, la guerra de Rusia con Georgia o la reciente invasión de Ucrania por parte del ejército ruso. Acontecimientos todos ellos que muestran que la paz nunca debe darse por supuesta También entre las sombras se encuentra el distinto y- discriminatorio- tratamiento que la Unión Europea confiere a las personas que huyen de la guerra y buscan refugio en su territorio, según sean de una u otra procedencia en lo que supone una inaceptable doble moral que abochornaría a los fundadores de la hoy Unión Europea como sigue avergonzando a numerosos ciudadanos y ciudadanas en la actualidad.

Ciertamente la Europa de hoy en día no es la misma que la de 1939, pero la ciudadanía no parece menos adormecida que la de entonces a la hora de pronunciarse rotundamente en contra de la Guerra en un momento en el que ningún gobernante europeo excepto el papa Francisco parece querer buscar la paz. En un momento en el que las empresas de armamento multiplican sus beneficios, al igual que lo hacen aquellas otras que especulan con bienes de primera necesidad, suministros y combustibles aprovechándose del conflicto.

En la próxima cumbre de la OTAN a celebrar en Junio de 2022 en Madrid se hablará de guerra desde cómodos sillones, se escucharán discursos belicistas y bravucones de los representantes de los estados miembros mientras los CEO de las empresas de armamento se frotarán las manos.
Mientras tanto, los ciudadanos y las ciudadanas seguirán poniendo los muertoso.

Emilio José Gómez Ciriano
Universidad de Castilla-La Mancha.
Miembro de los grupos de trabajo de migración y asuntos exteriores de la COMECE.

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